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—¡No necesito que tú, niño consentido, me diga con quien hablar o con quien no! —abro completamente la puerta/retrato y miro como Charlie mira a Adam con siento remordimiento, tal vez enojo.

—¡Pero no es justo! —grita enojado, Charlie nos ve, pero regresa rápidamente su mirada a Adam— Se supone que tú eres mi novia, pero te la pasas más tiempo con ellos que conmigo.

Adam se estaba acercando a ella mientras nos señala con el dedo índice.

—Bueno, no es como si tú fueras mi hermano —contesta con desprecio y lógica.

—Déjalos o terminamos —gruñe enojado, mirándonos con gran enojo.

—¡Oh, cariño! —dice Charlie triste, por un momento pensé que un momento era genuino..., solo por un pequeño momento— ¿Ya lo oyeron? —pregunta mirándonos— ¡El tonto esté terminando él solo! —dice riendo. Adam gruñe enojado, acercándose a Charlie con paso furioso, Charlie se da cuenta de sus intenciones y saca su varita apuntándolo— Una vez merodeador, merodeador por siempre —completa levantando su mano en forma de despedida, pero sin bajar su varita—... ¡fue un gusto, Alan!

—¡Soy Adam! —grita furioso.

—¡Como sea! —gruñe mientras se acerca a nosotros.

Adam saca su varita y apunta a Charlie con ella, formulando un hechizo..., pero bueno, te metes con un merodeador, te metes con todos. Remus, James y yo sacamos nuestras varitas y lo apuntamos.

¡Protego! —dice Remus para desviar el hechizo que Adam hizo.

—¡Incendio! —James apunta a Adam, toda la ropa de él se prende en fuego.

—Parece que le duele mucho —me burlo y miro a James—, no seremos tan malos, ¡glacius!

Y, de un momento a otro, el fuego se apaga, pero Adam se empieza a congelar.

—¿Qué pasa aquí? —pregunta la profesora McGonagall—... ¡Por Merlín! ¡Esto es inaceptable!

La profesora mira a Adam y, moviendo su varita, lo descongela y aparece una manta para taparlo.

—Vete a la enfermería —dice la profesora. Cuando Adam se fue, McGonagall nos mira con desaprobación—, ¿me pueden explicar que pasó aquí?

Todos empezamos a hablar, contando nuestra versión de la historia, la profesora McGonagall levanta la mano pidiendo silencio.

—Señorita Lupin, cuénteme usted —pide molesta.

—Él inició, llegó gritando, tocando como loco y, cuando salí, lo único que hizo fue gritarme a mí —la profesora la mira a los ojos con algo de desconfianza, Charlie mira a un lado y su mirada se ilumina—. Ella vio todo -Charlie señala a la Dama Gorda

La Dama Gorda asiente apoyando a Charlie.

[ • • • ]

—¡Ya es tarde! —grita James jalando mi túnica.

—Claro, como nunca se nos hace tarde —dice Charlie con ironía.

—Pero no en el último día en Hogwarts —gruñe Remus mientras se acomoda su túnica—, no debimos quedarnos despiertos tan tarde.

—¿Qué importa? —pregunto sonriendo— Será la hora de saber que casa es mejor, a parte... —miró a Charlie, luego a James.

¡Vacaciones! —gritamos los tres entrando al Gran Comedor.

—¿Qué es lo que harán? —pregunta James sentándose aun lado mío.

Los merodeadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora