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Nos encontrábamos limpiando el segundo piso, sin magia... ¡sin magia! ¿qué se cree esa señora? Nosotros ni siquiera hicimos todo ese desastre.

Unos chicos de Slytherin, que han pasado más de diez veces por aquí, nos ven y sonríen, riéndose de nosotros y ensuciando todo lo que tocan, ¡y es todo el segundo piso junto con las escaleras! Esto es...

—Pero, Charlie... —ruega Remus guardando su libro.

—Hola, chicos —dice sonriendo ignorando a Remus—. Creo que necesitan ayuda y... ¡Hey! ¡Ustedes! —grita Charlie— ¡Si los vuelvo a ver por aquí les lanzo un Petrificus y los usaré como artículos de limpieza muggle! ¿Entendieron? —gruñe molesta, los estudiantes de Slytherin la ven con asco, pero, cuando se dan la vuelta, salen casi corriendo. Charlie aclara su garganta y recupera su pose de "niña buena"—... Y el hecho de que ustedes estén aquí es casi por mi culpa.

—Bien, ponte a trabajar —dice James sonriéndole y lanzándole una escoba.

Charlie mira la escoba y luego a nosotros. James y yo nos reímos por la cara graciosa que pone.

—Es fácil, sólo le tienes que hacer así —comenta James moviendo la escoba con burla.

—¡Ya sé como se usa eso, niño mimado! —suelto una carcajada mientras Charlie saca su varita y hace un movimiento con ella, recogiendo cada basura y limpiando cada espacio del pasillo.

—¡Eso es trampa!

—No, ustedes son los que están castigados con limpiar sin magia, yo no, —guiña un ojo hacia nuestra dirección y sonríe— pero si quieren lo vuelto a poner como estaba. —vuelve a hacer un movimiento murmurando algo, toda la basura se pone frente a nosotros, pero lo demás sigue limpio— Sólo tendrán que recoger al estilo muggle, queridos.

Charlie se va, con Remus suspirando aliviado detrás de ella. Miro la basura que había dejado delante de nosotros, James estaba apunto de recogerla.

—Alto, pedazo de tonto —gruño pegándole con mi escoba en su cabeza.

—¡Oye! —dice James enojado.

—Mira la forma —gruño acercándome a la basura, volteo a la dirección donde se había marchado Charlie, pero ya no está.

—Tiene forma de basura —gruñe molesto mientras se soba su cabeza.

—No, tiene forma de... ¿animales? —pregunto acercándome más— Aquí hay un perro —señalo un pequeño bulto.

—Y aquí un ciervo —dice James, ¡al fin entiende!—, aquí hay un pequeño zorro.

—Y aquí un ave —prosigo, una brillante idea se me viene a la cabeza—... ¡Claro!

Suelto la escoba y me encamino hacia la biblioteca, oigo los gritos de James detrás mío, pero no le hago caso, esto es más importante, y no quiero que se me olvide. Miro a mi alrededor, no se encuentra ningún estudiante. Entro corriendo para que nadie me vea en algo como esto.

Me dirijo a la sección A-I y busco ese libro. No está. Voy a la sección A-II. Charlie tenía ese libro, puede que no lo haya sacado de la biblioteca, pero, por favor, es la biblioteca de Hogwarts, todo está aquí... y sí que lo está. Agarro el libro y salgo corriendo lo más rápido posible, claramente para que nadie me vea, ¿qué sería de mí reputación si se enteran de que estuve en la biblioteca?

Corro al segundo piso y ahí está James dejando aun lado las bolsas de basura, me voltea a ver enojado, aunque eso dura poco. Mira el libro y me ve asustado.

—¿Quién eres y que le hiciste a Sirius? —pregunta apuntándome con la escoba.

—Estúpido payaso —gruño y me acerco a él—. Esta cosa —digo y apunto al libro—, es lo que nos hará ayudar a Remus con el Pequeño Problema Peludo.

Los merodeadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora