27

244 27 2
                                        

El carruaje, tras un largo viaje, se detuvo finalmente ante las imponentes puertas del Palacio de Konoha.  Boruto y Sarada,  intercambiaron una mirada.  El descanso había sido reparador, pero el regreso a sus responsabilidades les trajo una mezcla de alivio y anticipación.

Al descender del carruaje, fueron recibidos por dos figuras familiares: la Emperatriz Viuda Hinata, su elegante kimono de un morado profundo contrastando con la calidez de su sonrisa, y la Princesa Himawari, su vestido amarillo pálido reflejando su juvenil alegría.  Hinata se apresuró a abrazar a su hijo, Boruto, mientras Himawari corría a saludar a Sarada con un abrazo efusivo.

—Boruto, mi querido hijo —dijo Hinata, su voz llena de afecto.  —Me alegra que hayan regresado sanos y salvos. —Su mirada se dirigió a Sarada con una cálida sonrisa.
—Sarada, bienvenida de nuevo al palacio.

—Gracias, madre —respondió Boruto, devolviendo el abrazo. —El viaje fue agradable, y Sarada y yo hemos regresado recargados y listos para asumir nuestras responsabilidades.

Himawari, aún aferrada a Sarada, soltó una risita. —Sarada, ¡cuéntame todo! ¿Cómo fueron las aguas termales?

Sarada, sonriendo ante la efusividad de Himawari, respondió: —Las aguas termales eran maravillosas, Himawari. Pero también fue bueno tener un tiempo para descansar y reflexionar. —Su mirada se encontró con la de Boruto, una complicidad silenciosa pasando entre ellos.

Hinata, observándolos, sintió un profundo alivio y orgullo. 

—Me alegra saberlo —dijo Hinata.—El imperio ha estado funcionando sin problemas gracias al trabajo de Shikadai, pero estoy segura de que su regreso será una gran ayuda.  Ahora, entren.  Les espera una comida caliente y un descanso merecido, antes de que comiencen sus deberes.

Boruto y Sarada, tomados de la mano, entraron al palacio, dejando atrás el carruaje y el recuerdo de sus vacaciones.  El peso de sus responsabilidades regresaba.

✧----------------➣

Hana, una joven sirvienta con el cabello recogido en un elegante moño y un kimono de color verde claro, se acercó a la Princesa Karin con una reverencia. La Princesa, sentada en un pequeño escritorio revisando unos pergaminos, levantó la vista, sus ojos verdes mostrando una mezcla de curiosidad y serenidad. El ambiente de la habitación era tranquilo, con el suave aroma a tinta y papel antiguo.

—Princesa Karin —dijo Hana con una voz suave y respetuosa—tengo buenas noticias. El Emperador Boruto y la Emperatriz Sarada han regresado a palacio.

Karin dejó caer el pergamino que estaba leyendo, una leve sonrisa dibujándose en sus labios. Su regreso significaba el fin de un periodo de relativa tranquilidad en la corte.

—Ya veo —respondió Karin, su voz serena pero con un dejo de alegría. —Han regresado de su viaje a Kirigakure. ¿Están bien?

—Sí, Princesa —respondió Hana.—Parecen estar de buen ánimo y descansados. Han llegado hace poco.

Karin se levantó de su asiento, estirando sus brazos con un ligero suspiro.

—Excelente. Iré a saludarlos. Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos la cara.

Hana hizo una nueva reverencia.

—Si necesita algo más, Princesa, no dude en llamarme.

Karin sonrió.

—Gracias, Hana. —Con una última mirada a los pergaminos sobre el escritorio, Karin salió de la habitación, dirigiéndose al salón.

✧----------------➣

𝑬𝒎𝒑𝒆𝒓𝒂𝒕𝒓𝒊𝒛 𝑼𝒄𝒉𝒊𝒉𝒂 • |Borusara|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora