Sarada avanzaba por los pasillos del palacio con la elegancia imponente que la caracterizaba. Su vestido azul profundo ondeaba con sutileza, atrapando la luz tenue de las antorchas que iluminaban el camino. A su paso, los sirvientes y guardias se inclinaban con respeto absoluto, manteniendo la vista baja.
Sin detenerse, llegó frente a la oficina de Boruto. Los guardias apostados en la entrada hicieron una reverencia, y uno de ellos anunció su llegada con voz firme.
La puerta se abrió al instante.
Boruto estaba detrás de su escritorio, rodeado de pergaminos y documentos que exigían su atención. Pero en cuanto Sarada cruzó el umbral, apartó la mirada de todo lo demás y la fijó en ella.
El silencio entre ambos fue inmediato, cargado de una tensión tácita. Boruto la observó con una leve sonrisa, apoyando un codo sobre la mesa.
—Mi amor… —murmuró, su voz arrastrando el cansancio acumulado.
Sarada avanzó con precisión, la mirada firme pero serena.
—Has estado trabajando demasiado.
Boruto soltó un suspiro bajo, como si su cuerpo apenas ahora aceptara el agotamiento que lo dominaba.
—Sí… —admitió, inclinándose levemente hacia adelante.
Sarada tomó asiento frente a él, su expresión suavizándose.
—Shisui te extraña —dijo con delicadeza—. Cada vez que preguntas por él, sus ojos se iluminan. Pero últimamente… apenas te ha visto.
Boruto cerró los ojos un instante y pasó una mano por su rostro.
—Lo sé… —susurró—. No quiero que piense que estoy demasiado ocupado para él.
Sarada asintió, satisfecha con su respuesta.
Antes de que pudiera agregar algo más, Boruto tomó un pergamino doblado sobre la mesa y lo extendió hacia ella.
—Llegó una carta de mi abuelo Hiashi.
Sarada tomó el pergamino y lo desplegó con curiosidad.
—¿De qué se trata?
Boruto cruzó los brazos y su expresión se tornó más seria.
—Hiashi vendrá al palacio… con su esposa.
Sarada parpadeó, claramente desconcertada.
—Hiashi y su esposa… —repitió en voz baja.
Boruto soltó una leve risa irónica.
—Aún más desconcertante considerando que su esposa es tía Karin.
Sarada mantuvo la mirada en la carta por unos segundos antes de cerrar el pergamino y dejarlo sobre la mesa.
Boruto apoyó los codos en el escritorio, exhalando un suspiro.
—Todavía no sé qué pensar de eso.
Sarada no respondió, pero su expresión reflejaba que tampoco sabía qué decir al respecto.
Decidiendo dejar el tema, ella se levantó y caminó hacia su esposo. Posó una mano en su mejilla con suavidad.
—Te he extrañado demasiado… —murmuró.
Boruto deslizó sus manos por su cintura, acercándola con delicadeza. Inclinó el rostro hasta que sus labios se encontraron en un beso lento y profundo.
El contacto duró unos segundos antes de que se separaran con una leve sonrisa.
—Ven conmigo —susurró Boruto, deslizando sus dedos por su muñeca con calma.
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𝑬𝒎𝒑𝒆𝒓𝒂𝒕𝒓𝒊𝒛 𝑼𝒄𝒉𝒊𝒉𝒂 • |Borusara|
FanfictionLady Sarada Uchiha, una joven hermosa e inteligente de carácter fuerte, era la única hija del Duque Sasuke Uchiha. Fue comprometida con el rebelde príncipe heredero Boruto Uzumaki. Esta unión estaba destinada a fortalecer el vínculo entre las dos fa...
