Burn it || Yoonmin || (EN EMISIÓN)

58 (I)

"Moss surely grows on a stone that doesn’t roll

If you can’t return, go straight through your mistakes and forget them all

Never mind"

El rostro de la mujer, Hye-Kyo, se convirtió en una especie de pasa arrugada una vez que su hijo emitió esas demoledoras palabras que aún no terminaban de encontrar sentido en su cabeza.

-¿A qué te refieres? -le preguntó confusa-. ¿Qué dejas? ¿El musical?

-El musical, la danza en general. Al menos de la manera en que me la he tomado hasta ahora.

Una avalancha de preguntas se amontonaron en su cabeza como una gran montaña de arena.
Ayer mismo, como quien dice, su hijo era un pequeño ilusionado por dar esos giros imposibles y desafiantes que veía en la televisión, y había labrado un sueño que justo ahora estaba empezando a acariciar con sus dedos.
Su hijo había acumulado logro tras logro, siendo un alumno absolutamente entregado y brillante hasta convertirse en un bailarín profesional inigualable. No en talento, porque al fin y al cabo había muchos bailarines espectaculares ahí fuera, pero sí en esencia. Jimin tenía un brillo y presencia únicos que conseguía dejar sin habla a cualquiera. Y, ahora, todo eso se esfumaba, como un precioso sueño del que te sacan de golpe.

Entonces sólo quedaba la profunda decepción.

-¿Qué tonterías dices, Jimin?

-No son tonterías. Es algo que llevo pensando ya mucho tiempo.

Yoongi le miraba no del todo sorprendido. Le miraba como quien ya lleva tiempo observando el tornillo flojo y tambaleante de la base de una colosal construcción, sabiendo que en cualquier momento podría desmoronarse. Y este era ese momento.

-Jimin... -el chico le nombró por hacer algo, porque la realidad era que las palabras y frases que le gustaría decir se acumulaban desordenadamente en su cabeza hasta ser incapaz de emitir ninguna.

-He hecho una maqueta, Yoongi -Jimin se dirigió directamente al teclista, al que pilló desprevenido ese cambio de tema-. Haneul me pidió grabar una maqueta de "Who" para enseñársela a unos ejecutivos. Si les convence, y él está seguro de que sí, se trataría de una especie de colaboración con el grupo, o incluso un probable trabajo en solitario. Eso es lo que voy a hacer, Yoongi -y seguidamente tomó una de las manos del mayor con cierta torpeza, a sabiendas de que estaba tocando un tema delicado. A sabiendas también de que ese íntimo acto lo estaba realizando en público-. Voy a seguir lo que dicta mi corazón.

Yoongi miraba estupefacto la situación. Por un lado, sus manos unidas, sin miedos ni restricciones, a la vista de los demás, de los que conocían a Jimin. A la vista de sus padres. Por otro lado, sus ojos rasgados que le miraban sin pestañear y que, aún sin tener voz propia, le decían tantas cosas.

¿Jimin realmente estaba dejando la danza para meter un pie en el grupo? ¿O en la industria musical? ¿Tan importante era esto para él? ¿Tan cuesta arriba la danza? ¿O el motivo trataba más de ellos dos?

Ahora entendía esa llamada de Jin, y le mataría en cuanto le viese el pelo, por no haberle hablado claro y actuar por su cuenta.
Sabía que sólo traería problemas.

-¿¿Grupo?? ¿¿Qué grupo?? -el padre de Jimin, Park Shiyoon, interrumpió ese extraño momento entre ambos.

-Un grupo de rock del que formé parte hace un tiempo -le respondió el rubio sin pelos en la lengua, soltando ahora la mano de Yoongi-. Su grupo de rock.

El pelinegro cogió aire y utilizó esa mano, ahora libre, para peinarse el pelo hacia atrás, un acto reflejo que solía tener cuando la vida le venía con esta clase de eventos imprevistos y él no sabía cómo abordarlos.