Capítulo 5.

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Luego de la pequeña "charla" que tuve con Carl seguimos caminando y hacía el mediodía nos internamos en el bosque. E hicimos una especie de campamento allí, poniendo trampas y haciendo una fogata.

-Deberías ayudar...- El niño me miraba, podía sentir su mirada en mi espalda.

-No, estoy bien así. De todos modos, gracias- Me di la vuelta para obsequiarle una de mis sonrisas de "oh, soy muy tierna" y volví a mirar las ramas que tenía delante mío.- A parte lo estoy haciendo ¿No ves? Trato de prender una fogata. Pero esta humedad no me ayuda de mucho...- Volví a acercar el mechero a la hoja de papel en medio de las ramas y está vez prendió- Listo. Pueden darme las gracias.

-Claro...- Rick me miró alzando una lata de no-sé-qué- ¿Del uno al diez, cuánta hambre tienen?

-Once- Contestó divertido el niño sentándose al lado de su padre.

-Unos... ¿veinte?- Me sonrío Michonne- ¿Y tu Scarlet?- Al parecer ya habían olvidado la pelea. No sé porqué se comportaban así conmigo, como si fuéramos algo más que dos sobrevivientes unidos por una bebé. Bizarro, lo sé. Pero últimamente me estaba dando cuenta que, este mundo en si, era muy bizarro. 

-No tengo hambre.- Me miraron extrañados- No soy de comer mucho, con una lata al día me mantengo bien.- Le sonreí- Coman ustedes.

-Si insistes...- Rick no esperó a votar la lata en otras dos y dársela a cada uno.- Iré a revisar las trampas ¿Quieres venir?- Levanté mi cabeza sorprendida que me lo dijera a mi. Al parecer alguien iba a recibir una charla. Si, adivinaron, ese "alguien" era yo.

-Ehh... Claro.- Me levanté sacudiendo la suciedad que había en mis pantalones. Tenía que conseguir un cambio de ropa urgentemente.

-Ustedes vengan con nosotros. Podrán ver otras, dos cada grupo ¿Está bien?- Asintieron poniéndose de pie. Cuando todos estábamos listos (excepto yo dado que Rick aún no me dejaba tomar mis armas) salimos en grupo de dos- Sé que sabes que te traje aquí para hablar contigo a solas ¿No es cierto?- Habló cuando procuró de que nadie más podía oírnos. Asentí.

- Si, a no ser que quieras enseñarme cómo se ponen las trampas.- La ironía en mi voz se notaba a kilómetros.

-Bueno, te traje aquí porque quiero decirte que sé lo que tramas.- Alcé una ceja- No quiero que te acerques a Carl. 

- Te eh subestimado Rick, lo admito.- Reí mirándolo- Eres más inteligente de lo que creí; Está bien, no le haré nada al niño bonito, pero a cambio debes decirme algo.- Propuse pero él negó con su cabeza mirando al frente- Vamos, amigo. Nuestra relación es así: Yo te doy algo a cambio de que tu me des algo, es lo justo ¿Recuerdas?

-Maldita seas.- Bufó y volví a reír-  Eres insoportable ¿Lo sabías?

- No eres el primero en decírmelo- Le sonreí- Quiero que me digas si conoces a un tío... Gareth es el nombre.

-¿Por qué preguntas?- Me cuestionó.

-Digamos que tengo asuntos pendientes con él. Pensé que quizá estaba en la prisión.

-No, no le conozco.- Maldije entre dientes- ¿Qué tipo de asuntos?- Se agachó a revisar una trampa y maldijo cuando no vio nada bueno.

-Venganza- Alzó la vista con el ceño fruncido- Te lo dije, soy una persona muy rencorosa. No me da pena admitirlo, por eso es que eh sobrevivido hasta ahora. En fin, ¿Cuándo seguiremos el camino?

- Nos quedaremos un día o dos para descansar y luego seguiremos- No me parecía loco que lo planteara; aunque quisiera seguir sabía que con un disparo se me haría muy difícil pelear en caso de que algo saliera mal. Ya había tenido demasiada suerte en que la bala salió y no se alojó en mi cuerpo como para cagarla aún más.

Mi máscara. (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora