Capítulo 6.

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Abrí la puerta del asiento del copiloto, ya no aguantaba más allí dentro. En la noche, Michonne me había obligado a dormirme, pero no lo hice. No como ella creé; sabía que si dormía tendría pesadillas, y eso era algo de lo que no quería que se enterarán los demás. 

Era una persona fuerte y, ahora, debía ver si mis actos tenían consecuencia. 

Me estiré al salir de allí y respiré profundo. Algo que amaba del apocalipsis era su aire (cuando no había caminantes cerca, claro) Era puro, sin contaminación alguna. Y las estrellas... las estrellas se veían hermosas cada noche, sin contaminación lumínica. Dirigí mis pasos hacía la parte trasera de la camioneta, donde estaban los cuerpos ya rematados. Había escuchado cómo se transformaban unas horas después de que Michonne me curó, otra vez, el disparo. 

Vi de reojo el cuerpo al que me dirigía y me encaminé allí. No lo pude ver. Ya lo había echo ocasiones antes, siempre era igual, no me podía contener. Me transformaba y solo creía que la violencia era la solución cuando solo empeoraba las cosas. Y claro, luego me reprochaba, pero es que en ese momento no tenía cabeza para nada más que desquitar mi ira. 

Me llené de fuerzas y lo miré. Su cara estaba desformada, si no lo hubiese sabido ni siquiera podría reconocerlo. Se notaba perfectamente como, a un lado de su cabeza, había sido incrustado un cuchillo. Sus ojos estaban fuera de lugar, al igual que su mandíbula. Vamos, que estaba desformado en todas las formas posibles.

-Joder...- Maldije poniéndome una mano en la frente, curiosamente, no podía dejar de observarlo. Estaba deformado, yo lo había echo. Había matado a una persona solo con  mis puños. No es que fuera la primera vez, como les dije, no lo es; pero eso, le daba igual a mi consciencia, que en este momento me estaba refregando en la cara que era una asesina.  

Se lo merecía, yo le advertí > traté de zafarme de ella, tratando de hacerla entrar en razón.

Claro, no más. Se lo adviertes, y si no lo matas de forma lenta y dolorosa. Muy bien, Scarlet, muy bien.

Sé que quizá piensen que estoy loca, pero no, no lo estoy. Simplemente es que, cuando pasas mucho tiempo sola, debes aprender a comunicarte contigo misma si no quieres volverte loca. El punto de que mi conciencia "me hable", por así decirlo, es bueno ya que gracias a ella me eh librado de muchísimos problemas. Aunque, últimamente, me ah dado más problemas que soluciones...

-Deja de martirizarte- Me di la vuelta encontrándome con el hombre que estaba ayer en el piso, tenía un ojo morado y en sus manos una botella de agua y un pañuelo, que segundos después me ofreció. Fruncí el ceño confundida y negué con la cabeza- Tienes toda la cara roja, límpiate.

-Bueno... está bien, gracias- Me paré para tomar las cosas y limpiarme.

-¿Es la primera vez?- Lo miré con el ceño fruncido de nuevo, no entendía a lo que se refería- Qué haces esto. ¿Es la primera vez?- Alzó una de sus cejas, las cuales apenas se veían dado que su flequillo las tapaba, era un hombre con aire intenso, que te intimidaba y te obligaba a contestarle.

-No...- Vacilé en en seguir contándole, pero en el momento que el se acomodó en el capo del auto me hizo ver en que estaba interesado en saber mi historia- La primera vez fue luego de que mi padre muriera... él era un buen hombre pero mi mamá- Negué con la cabeza distraía en el cadáver deformado que se extendía en el piso- era inestable. Muy delicada para esto... en menos de dos días se estaba follando con un tío del campamento- Sonreí amargamente- ese hombre era malo y me quería amenazar... él era... un violador- Lo miré por primera vez desde que comencé a hablar, curiosa por su reacción a mis palabras. Se mantenía serio- Él sabía que yo lo sabía y me extorsionaba, me hacía enojar para luego acusarme... solo era una niña y quería proteger a mi familia.- Traté de explicar- Él me hizo enojar y comencé a golpearlo.

-¿Cuántos años tenías?- Comentó con un aire divertido- ¿12? ¿13 años? Y el tipo ¿30? No creo que pudieras... 

-Oh, créeme que si. Él quería que lo golpeara por lo que no se defendió. Pero a diferencia que las veces pasadas yo no me controlé. - Suspiré- Esto- señalé al cuerpo- es lo que pasa cuando me descontrolo. No puedo controlarme a mi misma ni a mis acciones. Y... termino haciendo mierdas por enojo. Por eso voy sola. 

-Siento lo de tu padre...- Me miró alejándose del capo y caminando hacía mi- También lo de tu familia. ¿Sabes? Es una mierda no saberte controlar- Me dio una pequeña sonrisa y guiñó su ojo. Le devolví su gesto- ¿Te digo un secreto?- Asentí curiosa- Yo que tu me iría acostumbrando a estar en grupo.- Carraspeó- Quiero decir... Irás a Términus tu también y allí hay un grupo... Ya sabes...

-Entiendo.-Asentí interrumpiéndolo- Mejor... me voy a limpiar- De pronto el ambiente se había vuelto incómodo. 

-Claro... te dejo.- Era un hombre extraño... muy extraño.

Alejé el pensamiento comenzando a limpiarme. Debía pensar en frío, tenía que hacer mi golpe e irme, esto de andar contando mi pasado no me gustaba nada. Podrían ponerlo en mi contra o extorsionarme de alguna manera... no lo sé, pero esta mal.  ¿Desde cuándo yo contaba mis "demonios internos"? Eso era muy de novela. ¿Desde cuándo me abría a alguien? No recordaba a nadie luego de Todd, él fue el único que me apoyó y me ayudó. Maldecía al destino, a Dios y a la jodida vida por habérselo llevado. Ahora lo necesitaba tanto...

Hacía el mediodía todos caminábamos de nuevo hacía nuestro destino. Rick aún no me devolvía las armas y dudaba que lo haga alguna vez luego de lo que vio anoche. Todo mi plan se fue a la mierda al igual que yo. Odiaba no poder controlarme, gracias a eso ahora debía lidiar con las miradas de "no la pierdan de vista" de Rick. 

-Ya está bien ¿No creen?- Dije en un arrebato- No soy una jodida paciente mental para que me estén viendo así.- Suspiré calmándome, debía calmarme. Me froté los ojos sintiendo una picazón muy familiar en ellos.- Maldita sea, necesito un minuto. Ya vuelvo- Tironeé mi mochila de la espalda del niño bonito y me acerqué al bosque, que era lo único que tenía para esconderme un segundo y tranquilizarme.

Saqué de mi mochila un espejo y miré fijamente a mis ojos. Esperando ver ese color que tanto odiaba.

-Mierda- Miré mis ojos viendo como ese verde extraño se apoderaba de todo mi iris ¿Por qué me sucedía eso? Mi papá decía que me pasaba desde bebé, cada vez que lloraba o me angustiaba me cambiaban de color. Si, todo muy raro. Pero con el paso de los años se había vuelto más habitual, mínimo una vez a la semana tenía que soportar verme con ese color extraño en mis ojos. A escondidas siempre pensé que tenía algún tipo de enfermedad visual o algo así, aunque nunca lo comprobé.

-Scarlet, tus ojos...- Alcé la vista rápidamente topándome con el niño mirando fijamente hacía mis ojos.

Mierda, el niño bonito me había visto.

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Hello.

¿Qué os pareció el cap? Un poco más cortito :c pero es que si no no podía subir, no cuento con mucho tiempo. Pero os prometo que el próximo ya será más largo :D

en fin, quería comunicaros que me han nominado para hacer el 11 pasos ¿Os gustaría que lo hiciera? De todos modos, si es que lo hago, lo haré en mi otra novela, LOPPT.

Espero que os haya gustado y votad y comentad que os pareció 

Besos :*

PD: Arriba os dejo una foto de como yo imagino los ojos de Scarlet, pero vosotras podéis imaginarlo como queráis ;)

Mi máscara. (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora