Capítulo 8.

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Suspiré caminando lejos del camino. No quería arriesgarme a ir por el frente y que pudieran verme.

Desde que me había alejado del sheriff y su grupo me sentía de una manera extraña. El cómo Rick defendió a su hijo a toda costa, me trajo muchos recuerdos...

Quisiera tanto que estuvieras aquí, tú sí sabrías qué hacer...

Negué con mi cabeza al sentir las lágrimas arremolinarse en mis ojos,no quería llorar.Tenía que concentrarme en acercarme lo suficiente a Términus como para saber bien en qué posición me encontraba con respecto a ellos.

Llevé mis manos a mi cuello,queriendo inutilmente acariciar el colla que, en el pasado había estado allí.Cerré los ojos, no lloraría, me negaba a hacerlo.

Miré hacía el cielo, estaba nublado,como si en muy pronto comenzara a llover; no podía correr el riesgo de quedarme la noche debajo de la lluvia, me enfermaría. Suspiré nuevamente, el aire faltaba en mis pulmones, como si algo estuviera presionando mi pecho constantemente, sabía que se trataba de la angustía y desesperación. Me asustaba quedarme sola de nuevo, me asustaba saber que pronto me volvería loca si seguía así pero ¿Qué más podía hacer? no encajaba en los grupos, ni siquiera mi propia madre me aguantó más de 2 meses, no podía pedir que personas desconocidas lo hicieran.

una lágrima silenciosa recorrió mi mejilla, miré hacía el cielo,preguntándome por qué el destino se empeñaba en hacerme tan difícil la tareade sobrevivir. Me fijé en un árbol hueco a unos metros de allí, me encongí de hombro ¿qué podía perder?

-Maldición-Exclamé al sentir un ardor en mi hombro; mis descuidados movimientos habían traido como consecuencia que el dolor se extienda en mi hombro, nuevamente. Me senté bufando, odiaba todo esto-¿Para qué?-Golpeé mi mochila enojada, me importaba una mierda la herida, si se abría me estaba haciendo un favor; prefería morir desangrada antes que hacerlo siendo comida de errantes.-¿Por qué? Solo dame una señal para saberlo, porque no entiendo el sentido de seguir luchando.

Eres idiota, no contestará. Está muerto, supéralo.

-Solo pido una señal, algo que me diga que debo seguir luchando- la frustravión era casibvisible en mi voz. Me sentía enojada, con el mundo enfermo y retorcido en el que vivía, con el destino que se ocupaba en hacerme sentir miserable y sola, y con la vida por no dejarme ver el camino correcto, por llevarme a un pozo oscuro en el que yo misma me metí al no ver otra salida, pero por lovque más la odiaba era por haberme alejado de mis seres amados de una manera tan inhumana y dolorosa.

Suspiré al ver que el cielo comenzaba a despejarse, podía seguir así, tenía cosas más importantes que hacer. Con cuidado salí eel árbol hueco y comencé a caminar por el bosque.

Entrecerré mis ojos,focalizando mejor.

No me lo creo...

Por primera vez en mucho tiempo estaba de acuerdo con mi conciencia. Allí, a solo unos metros, el niño bonito se lamentaba en los brazos de Michonne (más conocida como la Samurai)Quise acercame más pero una mano presionando en mi hombro me detuvo.

Me giré alzando mi pistola, en pose de defenza cuando caí en cuenta que era Daryl.

-¿Qué tal?-Saludé con una sonrisa falsa. Él se pasó las manos por la cara,luciendo irritado por alguna razón.

-¿Qué haces aquí?- habló soltándome el agarre en mi hombro y alejándose unos pocos pasos.

-Pues...- Me llevé una mano a la barbilla simulando pensar- Respiro,también estoy parada- apunté a mis pies.

Mi máscara. (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora