Capítulo Final.

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Mi mirada estaba nublada, hacía horas, o quizá días, que venía despertando más no podía mantenerme despierta por mas de unos minutos y siempre estaba sola. En cambio ahora Carl estaba junto a mi, mirándome sorprendido. Mi garganta estaba cerca y mi hombro dolía muchísimo apenas y podía mover el brazo.

-¿Scarlet, estas bien? Chuky, yo...- lo interrumpí al ser mayor mi deseo de tomar algo que el escucharlo.

-a-ag-ua -dije con la voz ronca y entrecortado, no sé cómo pude entenderme pero lo hizo. Me acercó un baso de agua con una pajilla y me ayudó a erguirme lo suficiente para poder tomar.

-tranquila, despacio- murmuró al ver cómo tomaba.

-T-Tom- dije una vez que terminé con toda el agua del vaso.

-él, Jace e Isabella están bien.- lo miré sorprendida- fue todo una mentira, la abandonaron en el bosque pensado que los caminantes terminarían su trabajo. Jace fue una pieza clave para que lográramos vencer tan rápido a Negan.

-¿dónde...?- no pude terminar la oración, mi garganta ardía.

-él está encerrado en una celda aquí, lo trasladamos al mismo tiempo que a ti. -fruncí mi seño y el entendió ya que me comenzó a explicar- cuando te mordieron... lo más rápido fue llevarte a Hilltop, pero luego sucedieron algunas cosas y papá prefirió que te trajéramos aquí.

-¿cuán...to tiem-po?- logré decir a duras penas.

-casi un mes, Chuky. Nos asustaste muchísimo. -suspiré pesadamente. No podía creer que haya pasado tanto tiempo. -pasaron tantas cosas, yo...

-doc-tor-dije al sentir una punzada fuerte en mi cabeza. Llevé mi brazo móbil hacia la sien y Carl salió disparado hacia algún lugar desconocido.

Segundos después volvía junto a un doctor, desconocido para mi, que me observaba con una sonrisa.

-bienvenida, Scarlet. Es un placer el verte viva y sana.- dijo con una sonrisa de oreja a oreja que, a diferencia de lo que se podría creer, parecía ser bastante sincera.-ahora dime ¿cómo te sientes?

-ca-beza- el hombre, el cual se encontraba en sus cuarenta y tantos, asintió al entender.

-es normal el tener migrañas y dificultad para hablar y moverse. Estuviste mucho tiempo inconciente. Es un verdadero milagro que sigas aquí, Scarlet. -no dije nada, tan solo me limite a asentir o negar a las siguientes preguntas mientras era víctima de un chequeo médico.

Una vez que el doctor sació su curiosidad al fin se presentó como Ethan Colt y me aseguró que en la mañana podría volver a mi casa mientras prometiera no hacer ningún esfuerzo físico que pudiera reabrir la herida.

Así fue como, siguien al pie de la letra las indicaciones de Colt, salí de la enfermería siendo sostenida en todo momento por Carl.

Miré extrañada al ver como la gente de Alexandria me sonreía con amabilidad, incluso podría decirse agradecimiento. Incluso una mujer regordeta rubia se acercó a estrechar mi mano.

-es un verdadero placer ver que esta bien, Scarlet. En verdad temíamos por su salud- tardé un tiempo en procesar sus palabras. Tiempo que Carl aprovechó para despachar a la mujer con amabilidad.

-¿qué fue eso?- hablé una vez dentro de la conocida casa. Mi voz ya no era tan ronca, aunque un poco mas grave que de costumbre, podía hablar con más fluides y facilidad. Lo oí suspirar antes de dejarme en el sofá.

-hace unas semanas, cuando apenas habías sido mordida, unos sujetos aparecieron, eran cinco militares y traían un camión lleno de computadoras y celulares. -me sorprendí pero me mantuve callada ansiosa de saber la historia- sabían mucho sobre ti, tu nombre, que eras inmune, incluso sabían de Tom. -respiré profundo al estremecerme.- te querían, a ti y a papá. Querían llevarlos con ellos a una especie de resistencia que tenían al Norte, según ellos era un gran terreno perteneciente a Canadá que había quedado deshabitado hace mucjo tiempo por lo que no estuvo muy infestado al comenzar esto. Nos contaron que había niños allí, bebés, familias enteras, que todos trabajaban para volver a construir la civilización y que querían que fueramos parte de eso. Pero antes querían comprovar que tu inmunidad fuera cierta, querían hacerte varios estudios y exámenes.-suspiró- nos dieron unos días para decidir si ir o no, solo iríamos 10 personas contigo y papá. Pero él no confiaba en ellos y negò la oferta diciendo que no podía saber cuales eran las intenciones de unos desconocidos. Ellos, al contrario de lo que cualquiera haría, se alegraron por el hecho de que no fuera confiado y se marcharon.

Mi máscara. (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora