Capítulo 30.

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Como os informé en el capítulo anterior, este capítulo será +18 aunque no será nada explícito ni vulgar. Pero como sé que sois unas locas, os pido discreción. Si simplemente no os gusta leer este tipo de cosas, saltarse la parte que os incomode y leer lo demás. Ahora sí, disfrutad el capítulo :)

Maldije al tratar de abrir la puerta, la cual se encuentra bloqueada como los anteriores dos días. Observé el reloj. 7:30 am. El sol recién comenzaba a salir, fruto del invierno que se cernía sobre mi.

No le había dado una hora a Jace, pero hoy se cumplirían los días que les dije que me esperara. Justo antes de salir, le había pedido que cuidara de Tom por un periodo de 4 días, en los que yo escaparía. Si eso no se cumplía, le dije que me dieran por muerta y que se ocupe de que Tom quedara en buenas manos. Sin embargo, luego de lo que había sucedido, Todd se había encargado de aumentar la seguridad en torno a mi reclutamiento. Lo que me cambiaba mucho los planes.

La puerta sonó y observé cómo un hombre entraba, no lo conocía. Era un hombre al rededor de los veinte años, tenía lentes y una bata. Me observó dudoso y se acercó a mi.

-hola...-murmuró- soy el doctor Carson-dijo dudoso- soy amigo de Jace

-¿tu me ayudarás a salir de aquí?- pregunté directa.

-s-sí, tengo un plan.- le sonreí feliz de oír una buena noticia al fin. Lo único que esperaba era que Carl hubiese entendido el mensaje.

Carl Grimes's Pov:

-pronto anochecerá, no podemos pasar la noche aquí- dijo Jace con temor.

-Scarlet aún no llega- hablé con desconfianza- ¿estás seguro de lo que oíste?

-claro que sí- frunció el ceño- lo oí claramente, y si escapa de allí, la única ruta de escape será por aquí.

-bien, vuelve si quieres, yo no lo haré hasta que la vea- dije firme y él suspiró. Gallina.

-vale- aceptó y señaló con su dedo hacia el Este- por allí hay una cabaña... está muy deteriorada pero para pasar la noche es suficiente.

-¿está muy lejos?- negó y sonreí- bien, me quedaré un rato más y luego iré allí.

-¿quieres que...?- lo interrumpí sabiendo a lo que se refería.

-no le digas a nadie. Por ninguna razón- negué- no quiero que lo sepa nadie, mi padre se pondría como loco y luego de lo que pasó...

-entiendo. A nadie.- él me sonrió y se despidió. Marchándose a paso rápido.

Yo me quedé ahí, sentado en la base de aquel árbol junto a la carretera por la que esperaba apareciera mi Chuky.

Esperé y esperé, hasta que casi la oscuridad se cernió sobre mi. Decidí, desilusionado, que lo mejor sería ir a aquella cabaña. Alexandria estaba lejos y...

-¡Carl!- me congelé al oír aquel grito a mi espalda seguido de disparos. Apenas pude darme vuelta cuando ella ya me había tomado de la mano y me arrastraba lejos del ruido.-vamos, me siguen, corre.- al ver que se dirigía al Oeste negué.

-por aquí, ven- tomé su mano con fuerza, por miedo a que la alejaran de mi nuevamente. Corrí más rápido de lo que había corrido en mi vida. Y aunque estábamos cansados y nuestras manos sudaban, al igual que nuestro cuerpo, nunca dejamos de tomarnos las manos hasta que dejamos de oir los disparos, al mismo tiempo que llegábamos a la cabaña.

Entré primero, viendo al rededor. Y me di la vuelta al oir la puerta siendo cerrada.

Al instante, quedé prendado en sus ojos tan únicos como eran, llenos de lágrimas por derramar, demostrando alegría, felicidad. Eran un reflejo del mio.

Mi máscara. (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora