CAPÍTULO 48

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Terminó nuestro día en Allende un rancho, la verdad es que Lucero no había tenido mejor cumpleaños que este. Me hizo el amor en la alberca y lo volvimos a hacer mientras nos duchábamos para ya irnos, lo hicimos en el estacionamiento de Walmart a las 12:00 de la noche y nos despedimos con un tierno beso en la puerta de mi casa, me gustaban estos momentos, ella los hacía perfectos.

- ¿Nos vemos pronto? – dijo jugando con mi cabello-

- Al ratito... - le dije-

- ¿Así? ¿Tan pronto? – dijo sonriente-

- Sí, en tus sueños.... – me reí y luego le besé los labios-

- ¡Te amo! – me dijo besándome de nuevo-

- Yo más, ya... deja me meto a mi casa...

- ¿Tan temprano?

- Lucero, son las 2:34 am...

- Samay, te voy a extrañar...

- Y yo a ti...

- ¿Mucho o poquis?

- Mucho...

- ¿Te gustan mis besos?

- No, casi no...

- Jajajaja, ¡Cruel!

- Te amo...

- Yo más..!

Y así llevábamos como 20 minutos entre besos y hablar de cosas absolutamente cursis. Pensé que terminaríamos haciendo el amor ahí nuevamente pero no, ella recibió una llamada así como la última vez, me dieron escalofríos y ella respondió.

- Hola! – me decía con la mirada que no me preocupará pero yo sabía que sí tenía de qué preocuparme-

Sentía que la perdería de nuevo, y que todo lo que me había dicho era mentira tal cual había pasado la última vez, mis piernas temblaron y la piel se me erizó y de nuevo el miedo estaba presente. No le dije nada, quería mantener la calma pero todo colapsó cuando ella me dijo " Dame un minuto amor" y se alejó y siguió escuchando a esa persona por teléfono, no sabía qué hacer, ¿Se supone que debo esperar? Quería llorar sin saber que era en realidad, pero mi corazón me decía que de nuevo la iba a perder.

En la llamada:

- No cuelgues por favor, sé que estas con ella y sé que es demasiado tarde o que ya no me creerás pero yo te amo, te sigo amando preciosa lucero... Sé que me fui demasiado tiempo o que cada que me voy piensas que ya no volveré o... - lucero habló-

- Renata ya no puedo más con esto, no puedes aparecer cada vez que trato de ser feliz, sé que eres parte de mi porque eres una persona maravillosa, increíble y contigo era maravilloso todo, pero te volviste egoísta, quizás más yo que trate de protegerte del mounstro en el que me estaba convirtiendo, y luego tú ya no volviste por miedo o quién sabe porque, pero cariño, preciosa y todos los apodos que te inventé, ya no podemos intentarlo...

- ¿Demasiado tarde?

- Demasiado es poco.... Renata me toca ser feliz, no podía seguir dependiendo de tu recuerdo de las fotografías y de tu aroma a flores, no podía seguir acordándome de tu sonrisa cada que veía tu serie favorita, no podía vivir imaginándote junto a mí en el asiento copiloto de mi auto, te tuve que soltar, dejar ir tu recuerdo y buscar a alguien quien si valorara todos esos detalles inclusive cuando soy ese monstro que a mí me da miedo, y la encontré...

- ¿Luga, eres feliz?

- Nunca había sido tan feliz...

- Perdóname por llegar demasiado tarde...

Crónicas de una HeteroflexibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora