CAPÍTULO 49

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Me dirigí hacía centrito la verdad es que iba tranquila, sabía que Isabel comprendería que lo nuestro ya no podía seguir, que terminaríamos bien y que en un futuro hasta madrina de alguna de nuestras hijas (Sí, yo y lucero tendríamos niñas) el anillo que Lucero me dio era hermoso y no lo podía dejar de ver, ¡Me encantaba!

Me bajé de la camioneta y no vi a Isabel por ningún lado, faltan 10 para la hora en la que habíamos quedado, le llamaría cuando sea la hora, me dirigí a una tienda de jugos naturales y comida disque orgánica o vegana, no sé qué pedo pero tenía sed y quería un agua de Jamaica. Fui y compré mi bendita agua, ¿Se imaginan que se me manchará el vestido con agua de Jamaica? ¡No mames! Eso sería estar bien pinche salada.

Salí y le llamé a Isabel, ella respondió.

- ¿Hola? – le dije-

- Ya estoy aquí en el estacionamiento, ¿En qué parte está la tienda?

- 2do piso a tu mano izquierda vas a ver una tienda con un cristal enorme y dice " VSM" ...

- Te veo en 5 ahí...

- Ahí te veo...

Colgamos, ¿y recuerdan que no tenía nervios? Bueno, les mentí o ellos me engañaron me sentía super nerviosa y sentía que estaba sudada acá tipo que todo me escurría, mis manos estaban temblorosas y no me podía aclarar la garganta, me reí de mi misma y me mentalicé... ¿Qué es lo más malo que pueda pasar?, nada... ¡Ya la tenía a ella! Y era lo único que me debía importar en estos momentos, que nos casaríamos y seríamos felices.... ¡JUNTAS! Que mi compromiso con Jaime sería solo eso un compromiso, que con ella iba a vivir mi cuento de hadas, mi propia historia de princesas que se dan besitos y terminan haciendo el amor en el estacionamiento de walmart, Lucero era la mujer de mi vida y eso nadie me lo podía quitar, ya no.

Caminé y subí al elevador 10 segundos después ya estaba en el 2do piso y la ciudad se veía hermosa, por un momento me imaginé estando de nuevo en Allende con ella, disfrutando de la vida y sus placeres, de nuestra vida planeada juntas, ¿Pedía mucho? Realmente no lo sabía, todo se estaba dando tan bien después de tanta mamada que nos había pasado.

Vi a Isabel del otro lado del otro lado, sabía que era ahora o nunca. Sabía que estaba renunciando por el amor que le tenía a Lucero, que con Isabel las ganas se habían terminado, y era hora de ser feliz con la mujer que siempre quise, Isabel era buena y sabía que encontraría a una mujer que la haría feliz, inclusive más que eso porque Isabel era la mujer más buena del mundo, pero no era la mía.

- ¡Hola muchachita! – dijo viéndome –

- Isabel, ¿Cómo estásss? – la abracé, viéndola así cara a cara, sí seguía igual de bonita que siempre-

- ¡¡Te extrañaba mendiga Samay!! – El abrazo fue reciprocó, ella me quería y mucho-

Sentí la tensión que había en el ambiente, sentía como ella notaba mi distancia y es que aunque no la marcaba mucho, si se notaba bastante a como era antes con ella, y entonces ella dijo: "¿Vamos a terminar, cierto? Y sin darle más vueltas al asunto le dije: "Sí, te voy a terminar". No sé cómo tuve los huevos para decirle eso, así de tajo.

- Así de buenas a primeras?! – dijo –

- Lo cierto es que te mereces la verdad, porque eres Isabel...

- ¿Hay alguien más?

- Sí, y sé que sabes quién es...

- No me lo digas, ¿Lucero? – dijo con tristeza en su mirada-

Crónicas de una HeteroflexibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora