Entramos al cine, la verdad es que el café me había llenado y la ronda de pasteles me había dejado fuera de combate, le acepté las palomitas por puro compromiso y empezamos a arrojarnos palomitas en los cortos, esta mujer me estaba divirtiendo.
- Samay, no seas grosera… - dijo riendo-
- ¿Qué? La que empezó fue otra…
- Pues eso que ni que… - reímos hasta que una pareja de señores nos hizo caras de molestias-
- Oyes… te digo algo… - yo estaba viendo el corto de la película de Madagascar-
- Emh?!
- Me gustas….
- Jajajaja, ya deja eso… no me vas a conquistar así … - le dije arrojándole más palomitas-
- Pues… lo intenté… - dijo reclinándose en el asiento-
- Jajajaja, veamos al película… shhhh …
Pobre del que le tocaba limpiar esa sala, hicimos un desastre… Isabel tiro refresco, yo abrí mal los sobrecitos de salsa y le cayó en un ojo y en el asiento, vimos la mitad de la película. Me divertí mucho, hablamos de como los personajes actuaban, inclusive me dijo que personajes quería para hacer un trío, esta mujer estaba loca.
Salimos de la sala, ya eran las 9:45. Fuimos al baño, se sentía tan raro entrar con mi pareja al baño.
- Samay, cuál es tu comida favorita?
- Uhm… la pizza sin duda alguna, ¿y la tuya?
- Amo el mole, me encanta…
- Oh, mi comida mexicana favorita es el Mole…
- ¡Qué rico!
- Siii, es delicioso.. conozco un lugar en el centro en donde hacen un Mole, para chuparse los dedos… ¡Riquísimo!
- Un día de estos vamos…
- Quiere decir que me quieres ver otra vez?!
- Siii, tipo me caes bien…
- Y tú a mi…
Rodeamos las escaleras para llegar al estacionamiento, esta vez no nos perdimos. Isabel sabía por dónde bajar sin perderse.
- Ahorita te llevaré al 13 lunas, para comer pizza rica… - me tomo de la mano-
- Am.. Si, si… ¡Qué rico!
Al 13 lunas, el lugar con Lucero… el lugar en donde nos habíamos besado fuera del estacionamiento y me había dicho que me le gustaba como besaba.
- ¿Dije algo malo o te molesta que tome tu mano?
- No, no… tranquila, para nada… caminemos… - le apreté más la mano y seguimos caminando hacía el estacionamiento-
Para mi sorpresa Isabel traía una camionetona, de esas de NARCO. Ajá, pensé que Isabel era NARCO.
- ¿Es tuya? – le dije cuando ella me abrió la puerta para subirme-
- No wey, me la estoy robando… - dijo acercándose a mi oído-
- ¿Neta? – me paralice-
- Nooo wey, es mía… súbete o te subo… - dijo autoritaria –
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Crónicas de una Heteroflexible
Ficção AdolescenteCrónicas de una Heteroflexible Basada en la historia real de una persona con la colaboración de muchas otras bocas. Crónicas la historia que te hará pensar en que si quieres chichis lucha por esas chichis y no por un banano que no te hará...