En cualquier ciudad, en cualquier país, vende todas tus posesiones terrenales con la única excepción de la ropa que vestirás ese día, y retira todo tu dinero del banco, si tienes. Deja el dinero en una bolsa plástica y ve a la estación de trenes más cercana a la que puedas ir. Cuando llegues a la boletería, pregunta por ver a quien se hace llamar El Portador de la Separación. El trabajador mirará tu bolsa de plástico y te preguntará si eso es todo lo que tienes. Responde con la verdad, porque él sabrá si tratas de dejarte algo para ti o si fallaste en vender todo lo que poseías.
Si hiciste lo indicado, el trabajador tomará todo el dinero y te dará un antiguo boleto de tren sin decir una palabra. El boleto indicará que tu tren partirá a las 3:12 a.m., así que ponte cómodo, pero no te permitas dormir. No hables con nadie, y fija tu mirada en el horizonte, desde donde el tren supuestamente vendrá.
A medida que los andenes se vacíen de sus habituales últimos pasajeros, sentirás un terrible frío caer sobre ti, congelándote hasta los huesos, mientras el sonido de pasos, cadenas rompiéndose y murmullos de otro mundo te tientan a apartar la mirada del horizonte. Luego de las 3 a.m., lo mejor es dar una rápida mirada al reloj de vez en cuando. Si cualquier tren llega en el andén antes de las 3:12 a.m., no te subas, o te encontrarás en un viaje que destruirá tu mente, un viaje interminable dentro de las entrañas de innombrables e inconmensurables horrores.
Exactamente a las 3:12 a.m., el tren que has estado esperando llegará. Será un modelo antiguo, casi despedazándose por la oxidación y la decadencia. Abórdalo rápidamente y toma asiento. El tren estará totalmente vacío. Una vez que las puertas se cierren, deberás evitar mirar afuera por las ventanas ennegrecidas por el carbón, con el fin de que tu cordura no sea forzosamente arrancada de tu mente debido a los sobrenaturales paisajes por el que el tren atravesará, dejándote sólo como una cáscara vacía.
Después de lo que parecerá toda una vida, escucharás que la puerta que conecta el vagón de atrás se abre, y que alguien camina lentamente, en dirección a ti. Dale el boleto sin mirarlo. Lo comprobará y firmará, entonces, antes de devolvértelo, te preguntará desdeñosamente: ¿Ha sido de su agrado el viaje? Debes responder, con toda la convicción que puedas mostrar: ¿Está todo esto valiendo la pena?
El hombre te mirará intensamente, estudiando tu determinación, antes de responder. Si él dice "Sí", abandona el tren en la próxima estación y pide un reembolso de tu dinero. Gástalo en contentar a tu corazón, porque sólo tendrás unos pocos días antes de morir de la manera más horrenda. Si él dice "Por supuesto que no", tendrás una larga vida, pero extremadamente miserable; la muerte parecerá evitarte mientras buscas desesperadamente poner fin a tu miseria, hasta el día en que tu cansado cuerpo, cientos de años después, finalmente se desmorone.
Si el hombre dice: "Averiguarlo depender de ti" y te regresa el boleto, habrás pasado la prueba. El tren pronto llegará a la ciudad o pueblo que siempre hayas querido visitar, y serás libre de irte.
El boleto firmado es el Objeto 174 de 538. Sólo con mostrarlo, serás capaz de comprar cualquier cosa que desees que esté a la venta en este mundo. Sin embargo, ahora estarás por siempre desprovisto de obtener alegría o placer que cualquier cosa que poseas.
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Los portadores
Kinh dị[No apto para gente sensible, puede contener escenas grotescas] "¿Tu serás uno de los valientes que reúna todos los objetos? ¿podrás soportar cada obstáculo que eso tenga? Solo tu lo decides. Enfrenta tus miedos. Aquí, tu eres el protagonista." Divi...