#119: The Holder of Cowardice

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Cuando alcances el escritorio principal, pregunta por visitar a quien se hace llamar El Portador de la Cobardía. Apenas la última sílaba sea pronunciada, el trabajador inmediatamente y de forma tosca te agarrará el cuello de tu camisa; déjalo, no te resistas. Te gritará incoherentemente mientras te agitas en furia. Luego de un rato, se calmará y te dejará ir. Te dirá que bajes por una escalera que te señalará, una que no estaba allí antes. Ve por allí, incluso si aparenta ser un camino imposiblemente oscuro.

Emergerás en lo que parecerá un pequeño jardín. El trabajador te indicará que esperes ahí y se irá, dejándote solo. Espera; siéntete libre de dar vueltas por el lugar y de acomodarte. Luego de lo que podrían ser horas, quizás, dos hombres aparecerán desde donde no estés mirando. Uno de ellos es alto, musculoso y de buen aspecto, de postura heroica y llevará puesta una armadura de caballero. El otro, por el contrario, es escuálido, calvo, miope, con mala postura, con el mentón partido y vestirá un traje marrón raído. Una vez los veas, permanece quieto y procura no moverte mientras te miren. Eventualmente, el caballero hará un gesto que indicará que puedes hablar. Haz la siguiente pregunta: Si nos detenemos, ¿Cuál es el precio?

Una vez hayas preguntado, el hombre escuálido atacará de forma repentina al caballero con una fuerza inmensa y procederá a destrozarlo con una facilidad salvaje, usando sólo su manos desnudas. El caballero, a pesar de su heroica y poderosa apariencia, se verá indefenso contra la furia del otro hombre, quién primero desgarrará su armadura, y luego continuará con su cuerpo, dejando por todo el jardín restos de sangre y órganos. Mientras esto ocurre, quédate quieto y observa completamente esta masacre sin sentido, no importa qué tan horrible sea, sin tomar en cuenta los gritos de dolor del caballero o sus súplicas por piedad.

Una vez haya sido totalmente despedazado (era un hombre bastante grande, por lo que esto puede tardar bastante), todo: el jardín, el hombre escuálido y tú, estarán cubiertos de sangre. Entonces aparecerá una joven chica, de no más de siete años. Ella es la hija del caballero. El hombre harapiento, bañado en sangre te hará un gesto hacia ella; él quiere que la mates de la misma manera en que él mató al caballero. Hazlo, o el hombre te considerará en alianza con ellos, y tú serás el siguiente en ser masacrado.

Tendrás que asesinar a sangre fría a la chica con tus manos desnudas, pues así lo quiere el hombre harapiento. La joven no ofrecerá resistencia alguna, pero sus gritos y lamentos serán insoportables. Mientras cometes este acto de violencia, el hombre se inclinará hacia ti y susurrará en tu oído, contándote de cada instancia en la historia de la humanidad donde la valentía ha resultado en dolor y muerte, y donde la cobardía sólo ha hecho que las cosas se tornen mucho peor. Te explicará, en insoportable detalle, las verdaderas consecuencias del coraje y el auténtico costo de la cobardía.

Cuando la joven chica haya sido reducida a una pulpa roja sin vida entre tus propias manos, el hombre te sonreirá. Tomará el petral de la coraza del caballero y te la dará, y te dejará ir con un gesto amistoso. Ve por la puerta por la que entraste y regresarás a la institución. Sugiero que cuando regreses, busques la manera de limpiar tu ropaje y la coraza, aún llevarán impreganadas la sangre del caballero.

La coraza es el Objeto 119 de 538. Ahora conoces el precio de la cobardía; la única elección que tienes es continuar, a pesar de todo. Sólo agradece que este Holder te considere un aliado.

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