#226: The Holder of Gore

67 4 0
                                    

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Llama la atención del recepcionista y pregunta por visitar a alguien llamado El Portador de la Sangre. El empleado pretenderá no escucharte, pero sigue preguntando hasta que finalmente mire y esté de acuerdo en guiarte a donde debes ir. De inmediato se levantará, y te llevará a un sótano oscuro fuera del asilo.

La bodega estará muy oscura para ver, pero en la entrada habrá una antorcha. Llévala y reza por que no se apague. Aquello que te mira desde las sombras odia la luz. Mientras caminas dentro, escucharás gritos desde todas direcciones. Algunos se oirán como si estuvieran a kilómetros de distancia, otro parecerán estar muy cerca. Ignóralos, no importa lo fuertes o agonizantes que sean, y sigue caminando. Nunca te detengas para buscar la fuente.

Llegarás ante una bifurcación. Uno de los pasillos es claro y el otro oscuro. Si vas por el camino claro, tu antorcha se apagará y nada de lo que hagas la encenderá de nuevo. Quedarás atrapado en ese camino por el resto de tu vida mortal, y si regresas a la oscuridad, criaturas inimaginables te esperarán hambrientos, pues no han comido nada en décadas. A menos que seas especialmente suicida, toma el camino oscuro y mantén un firme control sobre la antorcha.

Tras unos pocos kilómetros, llegarás ante una puerta cubierta de huellas de manos sangrientas con esqueletos cubriendo el piso. Párate frente a la puerta y haz esta pregunta: ¿Qué los puede herir? No temas realizar otra pregunta, pues estarás muerto antes que incluso la hagas; será algo mucho más agradable que las otras formas de morir que te podrían ocurrir desde ahora.

La puerta se abrirá de golpe y encontrarás dentro a tres personas que conoces, amordazadas y colgando de los tobillos. Debes asegurarte que tienes el Objeto 225: La cuchilla de la Ciudadela, y ahora tendrás que tomar una decisión. Podrás cortar las cuerdas y liberarlos, o matarlos. Si los liberas, estarán ahora fuera de peligro y sin recuerdos ni secuelas de su extraño secuestro en el momento en que decidiste visitar al Holder, pero tu antorcha se apagará y las criaturas antes mencionadas vendrán por ti. El Holder no trata con amabilidad a quien le quita la comida a sus mascotas.

Tendrás que matarlos de una manera lenta, sangrienta y vehemente. Cuando termines, oirás una risa tan siniestra y malvada que incluso el guerrero más bendito sería llevado a la locura al oírla. En caso que sobrevivas a esto, considérate muy afortunado. Esto significa que el Holder ha quedado complacido con tu forma de ejecución. Ella te pedirá que dejes la cuchilla a tus pies y te marches. No lo hagas si quieres permanecer vivo. En lugar de eso, grítale: ¡Muéstrate o sufre el mismo destino!

La sala se tornará tranquila; los gritos callarán, tu respiración no hará ruido y la antorcha volverá a su estado inicial, como si recién hubiera sido encendida. Ella dejará escapar un silbido silencioso. Escúchala cuidadosamente. Debes detectar desde dónde proviene y esquivarla cuando se abalance sobre ti.

Si vives, cada vela en la sala se encenderá, revelando su aspecto. Tendrá cuerpo de serpiente, pero con largos brazos con uñas afiladas en cada dedo. Su rostro no puede ser descrito en ninguna lengua, pero una vez la veas, su imagen quemará en tu mente hasta el día que mueras.

Lentamente se deslizará hacia ti. Quizá pienses que has perdido toda esperanza, pero ella sigue siendo mortal. Cuando baje la guardia, toma la Cuchilla y apuñala su corazón. Ella te sonreirá y dirá: "Tal como fue predicho" antes de morir. Arranca su corazón; verás que no es como el tuyo. Será de un color rojo oscuro y no bombeará sangre, sino una sustancia negra que desaparecerá en cuanto entre en contacto con tu piel. Aprieta el corazón en tu mano derecha hasta que todo su contenido escurra sobre ti, y te encontrarás fuera de la institución, con el trabajador preguntándote si deseas algo, como si nunca te hubieras ido. No tendrás el corazón, pero sí un corte en tu dedo. Una sustancia negra, similar a la que salía del corazón, correrá desde la herida.

Esta sangre te proveerá de inmunidad ante cualquier sustancia venenosa existente. Sin embargo, cualquier herida que sufras te hará sangrar mucho más profusamente, y aunque regenerarán normalmente, dejarán horrendas marcas negras sobre tu piel. Tus venas se tornarán negras y estarán a la vista de todos. Sugiero que las ocultes tanto como puedas.

Su sangre es el Objeto 226 de 538. Su deseo de reunirse ahora corre por tus venas.

Los portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora