#408: The Holder of Tomorrow

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Cuando alcances el escritorio principal, pregunta por visitar a El Portador del Mañana. Una mirada de total confusión debería abrumar al trabajador, y de una forma muy tosca, sacará del mostrador una pequeña y oxidada llave dorada, señalándote un casillero igual de oxidado en la esquina del vestíbulo. La llave calzará perfectamente, pero el casillero por si mismo pondrá algo de resistencia. Dentro de él debería haber una flauta, en perfectas condiciones pero aún así pareciendo tan antigua como el tiempo mismo.

Una vez tengas la flauta, vete del edificio. Para tu sorpresa, verás que no hay ningún edificio tras de ti una vez salgas. Sin embargo, te encontrarás entre los más altos acantilados áridos, contemplando el azul profundo del cielo que cubren el desierto sin fin ante ti. Un vendaval soplará, arrancando todo de las raíces a tu alrededor. Busca seguridad o el poderoso vendaval te arrastrará hasta el infinitamente largo acantilado, donde enfrentarás horrores en los que ningún mortal debería posar sus ojos.

Verás que mientras el tiempo pasa, el vendaval se hace más fuerte. Quizás disminuya en media hora, o en cinco horas. Nadie sabe qué afecta la duración de estos vientos, pero sólo una cosa es cierta: la flauta sólo resonará sus notas a lo largo y ancho del paisaje ante ti si las tocas cuando la ventisca esté en su clímax. Si lo haces correctamente, las notas resonarán a través del cañón por leguas. Los vientos te levantarán, sin importar cuánto te resistas, y serás elevado a través del cielo. A la deriva en una capa de aire caliente, la escena azul profunda trascenderá a una noche negra estrellada, aunque completa en su oscuridad, relajante. En algún lugar, más allá de las estrellas, una figura se forma, en su blanca presencia, iluminando la noche, descendiendo hacia tu refugio.

"Es algo, ¿no?" El hombre blanco dirá en tu oído. No te engañes por su naturaleza amistosa, pues eso quiere que creas. Por dentro, el sólo desea que te confíes para que pueda atacarte cuando menos te lo presentes, consumiendo tu alma y dejando tu cuerpo como una cáscara por el resto del tiempo, vagando en la vacuidad de su reino. En vez de eso, vuélvete a su rostro brillante y pregúntale: ¿Y qué hay del Mañana?

Su esencia lentamente se tornará a un grotesco cadáver negro, ausente de toda vida y luz, y como un títere sin vida encordado, será dirigido hasta los cielos, hasta la estrellada imagen sobre ti y dibujará con ellas todas las posibilidades de Su regreso y las catástrofes del mundo del mañana. Ten en cuenta que las imágenes te darán pistas vagas de lo que el mundo puede traer. No interpretes esos mensajes, pues el mero conocimiento de aquello que no existe te volverá loco. Los vientos que te sostienen cesarán, dejándote a merced del abismo a tus pies. Antes de enfrentar tu oscuro fin, toca la flauta con toda la fuerza que te permitan tus moribundos y vacíos pulmones. Mientras te aproximas al suelo, las notas harán eco y resonarán, formando una inmensa oscuridad a tu alrededor. Mientras caes en esta oscuridad, cierra tus ojos y no respires, pues ahora existes en el Oscuro Vacío.

Volarás por la nada, la cual te rodeará y amortajará tu visión, la flauta comenzará a brillar e iluminará un camino mas allá. Mientras la luz alcanza el final del oscuro túnel, la flauta será destruida por la completa oscuridad, cuyos fragmentos estarán por siempre esparcidos en el Vacío. Estos cristales se perderán en la negrura absoluta, pero uno regresará, teñida con la oscuridad que la trajo. Con el sólo hecho de mirarla te hipnotizarás, pues tan profundo como mires la nada podrás ver que hay algo más allá de ti.

El fragmento infinitamente oscuro del Vacío es el Objeto 408 de 538. Aunque intentes mirar a través de él tanto como puedas, los secretos del Mañana nunca se revelarán a ti por sí mismos.

Los portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora