Crónicas de la Torre: Lis

El recuentro

Salamandra se sintió confundida al no encontrar rastro alguno de Nawin en la habitación. Sin embargo, estaba decidida a buscar respuestas y comenzó a examinar detenidamente las pertenencias de la elfa, buscando cualquier pista que pudiera arrojar luz sobre su misteriosa desaparición. La habitación estaba extraordinariamente ordenada, lo que desconcertó aún más a Salamandra.

Fue entonces cuando sus ojos se posaron en un pequeño calendario de color rosado. Los números estaban escritos en un llamativo violeta, con el mes destacado en negro y una imagen de nobles elfos que no pudo identificar. El calendario estaba abierto en el mes de febrero, pero Salamandra sabía que estaban a principios de marzo. Esto la llevó a la conclusión de que nadie había cambiado la fecha en el calendario, lo que sugería que la Reina Nawin llevaba tiempo sin ocupar su habitación.

Mientras reflexionaba sobre este extraño hallazgo y planeaba su próximo movimiento, un guardia de la Reina Nawin la interrumpió, visiblemente sorprendido por su visita.

-Bailarina del fuego... no sabíamos de su visita , le dijo el guardia, con un tono de sorpresa en la voz.

- ¿Dónde está Nawin? dijo Salamandra, sin titubear

Entonces el  rostro del guardia cambió, mostrando signos de nerviosismo.

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Lis pareció quedarse paralizada durante unos angustiosos segundos ante el inesperado encuentro con el mago oscuro que, según las historias, se suponía que había perecido en el pasado. Sin embargo, antes de que el miedo pudiera apoderarse por completo de ella, Marcos habló con determinación.

-¿Eres tú quien le hizo esto? preguntó Marcos, señalando hacia el misterioso estado en el que se encontraban los elfos-lobos.

-Jajaja, en efecto, me habéis descubierto. Es una pena que no me quede más que mataros , dijo Morderek en respuesta con una sonrisa maligna que heló la sangre de los jóvenes magos.

Los rostros de los aprendices palidecieron de nerviosismo, temiendo por sus vidas. En ese momento, Morderek alzó su báculo y lanzó un poderoso rayo de energía oscura hacia Lis y sus amigos. Gritaron de terror mientras algunos de ellos se apresuraban a conjurar hechizos defensivos para bloquear el ataque.

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El guardia, visiblemente nervioso, respondió a la pregunta de Salamandra. "La reina Nawin ha asistido a un evento real", dijo, pero su tono denotaba que no estaba siendo completamente sincero. Salamandra, siempre observadora, le lanzó una mirada inquisitiva, sabiendo que algo no cuadraba en sus palabras. El guardia continuó hablando con cautela, pero el nerviosismo era evidente en su voz.

-La reina Nawin se encuentra protegida en un lugar secreto debido a una gran amenaza que se cierne sobre ella, explicó.

-¿Qué amenaza? pregunto la maga

- No puedo dar más detalles. Debe marcharse, o también estará en peligro dijo el guardia, con una firmeza en su voz.

- Necesito verla. Tal vez pueda ayudarla a enfrentar esta amenaza insistió Salamandra, sin inmutarse, insistió

- No puedo hacer eso- el guardia mantuvo su postura

Salamandra sonrió con cierta ironía y dijo mientras posicionaba una bola de fuego en una de sus manos y la sostenía frente a la pared del castillo: Pues entonces, será una pena tener que incendiar este hermoso castillo.

El guardia, con resentimiento en su voz, finalmente cedió: "Está bien, puedo llevarla, pero nadie debe vernos".

Salamandra avanzó a través de los oscuros pasillos junto al guardia, manteniendo un perfil bajo para evitar ser detectados mientras se dirigían hacia el lugar donde se encontraba Nawin. El camino fue largo, y Salamandra se preguntó en silencio en qué lugar tan sombrío estaban descendiendo. Pronto, llegaron a lo que parecían ser mazmorras.

-¿Dónde estamos? ¿Dónde está Nawin?  preguntó: Con cierta frustración, Salamandra.Aunque confiaba en las indicaciones del guardia, no podía evitar sentir preocupación por la ubicación de la reina.

-La reina se encuentra en una de las celdas. Está aquí por su propia seguridad. Pronto llegaremos.

-Menudo lugar para tener a una reina  murmuró Salamandra

 A medida que avanzaban, pudo vislumbrar el característico cabello de la reina Nawin y sus ojos ámbar en una de las celdas. La maga se apresuró a acercarse, pero los gritos de advertencia de Nawin la detuvieron.

-Salamandra, ¡no!  suplicó la reina.

Sin embargo, Salamandra Realizó un pequeño gesto con los dedos, tratando de lanzar algún hechizo mágico pero   fue empujada dentro de la celda en la que se encontraba Nawin. Entonces hizo por realizar una bola de fuego, pero se dio cuenta de que en la celda no se podía usar ningún tipo de magia. El guardia elfo cerró la celda y gruñó: "Me has engañado".

Salamandra, frustrada y enojada, intentó levantarse y intento de nuevo realizar una bola de fuego, pero se dio cuenta de que estaba atrapada. Miró a Nawin en busca de respuestas, sintiendo alivio por saber que al menos la reina estaba a salvo, aunque estaban en una situación precaria.

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La energía oscura se dirigió rápidamente hacia los jóvenes aprendices, pero antes de que pudiera alcanzarlos, un escudo de luz se interpuso, haciendo que la energía oscura rebote y vuelva hacia el mago negro. Lis se giró aliviada, buscando al responsable de este acto protector. Sus ojos se posaron primero en los ojos azules de Raul, pensando que había sido él, ya que era el que tenía un rango de aprendiz más alto. Sin embargo, la mirada de su amigo le reveló que no había sido él.

Luego, notó otra mirada, la de Conrado, que la observaba con cierta preocupación. Y finalmente la mirada decepcionada "Lis", musitó su padre en un tono serio, pero el mago oscuro los interrumpió antes de que pudiera decir algo más.

-Oh, qué bonita reunión, el come libros de Conrado y el estúpido de... ¡Archimago!" exclamó Morderek, con asombro en sus ojos al ver la túnica dorada de Jonás.

-Morderek... murmuró Conrado, mientras miraba a Jonás con preocupación.

-Bueno, ha sido una bonita reunión, pero debo irme , dijo el mago oscuro. Jonás y Conrado intentaron abalanzarse sobre él, pero Morderek desapareció del lugar en un abrir y cerrar de ojos.

Jonás y Conrado, por unos momentos, parecieron olvidar que los aprendices estaban allí, mientras debatían las posibilidades de que Morderek estuviera vivo. Pero entonces Lis los interrumpió, y todos volvieron a la realidad.

-Papá... ese era... no debía de estar muerto , murmuró Lis, y su nerviosismo era evidente.

-Debería... pero eso no es asunto tuyo, Lis. Me has mentido y has puesto en peligro tanto a ti como a tus amigos , le dijo su padre, con una seriedad que reflejaba su preocupación.

-Pero papá, necesitaba encontrar a Fenris , trató de justificarse ella, pero su padre no parecía dispuesto a ceder.

-Y embarcarte en un bosque peligroso es la mejor manera de ayudarlo... y ustedes , dijo, mirando a los aprendices con cierto resentimiento.

-Papá, no yo los convencí. Han masacrado a los elfos-lobos, Fenris está en peligro y ese mago negro...

-¡Vuelver a la Torre ya! Y más vale que tu madre no se entere de esto , dijo su padre, con un tono muy serio.

En ese momento, los amigos obedecieron las órdenes del archimago y se teletransportaron de regreso a la Torre.

-Papá, por favor... puedo ayudar. Ya no soy una cría , insistió Lis.

-Lis, si no hubiera llegado a tiempo para salvarte... ¿Qué habría pasado? No me lo pongas más difícil. Vuelve a la Torre , le dijo su padre con firmeza. pero entonces una visión se hizo ante el una imagen de un pequeño fuego en una hoguera que poco a poco se desprendía, entonces Jonás palideció

-Salamandra esta en peligro dijo mientras miraba ha Conrado buscando ayuda

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