El báculo del mago oscuro se impulsaba con ferocidad, empujando a Jonás hacia adelante con un vendaval grisáceo que envolvía su ser, generando en el escalofríos en su espalda. El potencial destructivo del hechizo era inconcebible, incluso para un archimago de su calibre. Pero Jonás ya no era ese chico que temía a los exámenes y que desconocía su poder mágico: Ahora sabía que debía concentrarse, buscar dentro de sí mismo y encontrar una forma de resistir el hechizo del mago oscuro.
Inmerso en una batalla interna, Jonás cerró los ojos con determinación, aislando el mundo exterior mientras se enfrentaba al torbellino de energía oscura que amenazaba con derribarlo.
Con su mente enfocada en su objetivo, Jonás finalmente abrió los ojos, encontrándose con la sorpresa en el rostro del mago oscuro. Para su alivio, no había cedido ni un centímetro ante el ataque mágico; sus pies seguían firmemente plantados en el suelo y su poder permanecía intacto.
-¿Cómo has podido? - rugió Morderek, furioso al ver que su hechizo había fallado. -Deberías estar a mis pies, tu poder debería ser mío.
Jonás sonrió con desdén, dejando claro que no sería tan fácilmente derivarlo.
-No esperabas que me rindiera tan fácilmente, ¿verdad? respondió con una pizca de burla.
-Sabes qué, me da igual... para qué querría el poder de un estúpido como tú. TU come libros serás mío - dijo Morderek con una intensidad que hizo que Conrado dejara caer los libros al suelo, sus ojos se abrieron de par en par ante la amenaza.
Conrado estaba inmerso en varias tareas a la vez: sostenía dos libros entre sus manos, buscando desesperadamente respuestas. Uno de ellos era de color verde, con bordes dorados y el título "Pociones y Plantas", mientras que el otro, de color marrón oscuro, llevaba el nombre "Energías del Mal". Mientras leía, intentaba mantener a raya a Fenris, quien parecía a punto de lanzarse épica mente contra el mago oscuro, y a la vez trataba de encontrar una solución para la maldición que afligía a su amigo elfo.
Mientras Conrado se esforzaba por encontrar una solución, Morderek intervino, haciendo que levantara la vista de los libros con incredulidad.
-¿Qué? ¿Yo? - dijo, frunciendo el ceño.
-¿De dónde has sacado esos libros? - intervino Nawin, mirando a su amigo desconcertada.
-Oh, eh... los obtuve de un portal que... - respondió Conrado con vacilación hacia su compañera, antes de ser interrumpido por el rugido del mago oscuro.
-NOS DA IGUAL, TU SABER Y TU PODER SERÁN MIOS - rugió Morderek.
Con un movimiento brusco de su báculo oscuro, el mago lanzó un viento feroz que envolvió la figura delgada de Conrado, atrayéndolo hacia él. Conrado luchó por resistirse, pronunciando hechizos con firmeza mientras el viento lo levitaba hacia el mago oscuro. A pesar de su resistencia, sabía que tarde o temprano sería arrastrado hacia su destino.
Conrado rugió de temor mientras levitaba hacia el mago oscuro. En ese momento, Nawin gritó a los aprendices que estaban a su lado:
-¡AHORA, ATACAD!
Los aprendices lanzaron una variedad de hechizos hacia Morderek: torbellinos de viento, bolas de agua e incluso algunas chispas de fuego. Nawin se unió a la batalla, combinando todos los hechizos de sus aprendices en una ráfaga de luz celestial. Salamandra también se unió, lanzando una poderosa bola de fuego.
Jonás, sin apartar la mirada de su amigo, buscaba una forma de ayudarlo. Fenris seguía dando vueltas, incapaz de intervenir. A pesar de los esfuerzos combinados, los hechizos parecían tener poco efecto en Morderek. En un momento de desesperación, el mago oscuro levantó la mano y todos los hechizos se desvanecieron, devolviéndose con fuerza hacia sus emisores. Los más habilidosos lograron esquivar sus propios hechizos, pero algunos aprendices resultaron heridos.
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Crónicas de la Torre: Lis
DiversosTras la trágica pérdida de Dana, el mundo de los vivos continuó su curso aparentemente normal. Sin embargo, un súbito y violento ataque dirigido hacia los elfos-lobos, seguido de la misteriosa desaparición de la reina Nawin, envolvió a todos en un e...