Los aprendices

176 10 14
                                    

Dos magos consagrados se adentraban en el bosque mientras observaban con horror los rastros de los elfos moribundos. A su lado, tres alumnos permanecían bajo el hechizo de invisibilidad, siguiendo las indicaciones que les habían dado en caso de alerta. Estaban invisibles para aumentar su seguridad mientras observaban con asombro la escalofriante matanza de los elfos. Entonces, uno de los estudiantes no pudo contenerse y habló:

-¿Quién habrá hecho esto? -preguntó el joven llamado Eric.

-Eric, ¿Qué hemos dicho sobre no hablar y no hacer ruido? -protestó la maestra a su alumno.

-Pero, maestra...

Iris volvió a reprender al estudiante, quien finalmente optó por mantenerse en silencio. Sin embargo, ella misma tenía que admitir que la situación era inquietante y generaba una sensación de ansiedad. Conrado la había alertado sobre la gravedad del asunto y la posibilidad de encontrarse con el mago oscuro.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Bien, ¿habéis entendido, verdad? -dijo el Archimago de la Torre.

-Sí, debemos permanecer invisibles en todo momento y evitar ser vistos por cualquier guardia real. Además, debemos seguir cada una de tus instrucciones y notificarte cualquier cosa -respondió Marcos.

-Exacto, incluso si os digo que me abandonéis, debéis hacerlo -agregó el Archimago con un tono de seriedad en su voz.

Los jóvenes aprendices se miraron entre ellos ante las serias palabras de su maestro. Lis estuvo a punto de llevarle la contraria, pero la mirada seria de su padre la hizo callar.

-Entendido -dijo Marcos, aunque en su voz se notaba la preocupación.

-No os preocupéis, chicos, todo irá bien -los animó su maestro mientras rodeaba con cariño a sus estudiantes y se daban un abrazo en círculo.

A pesar de la calidez y valentía que el Archimago estaba demostrando, en su interior temía por sus aprendices y su hija. Con valentía, cerró los ojos y teletransportó a los jóvenes al lugar deseado.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Los magos llevaban en el bosque un buen  rato de búsqueda, pero no encontraron rastros de los atacantes ni  de Fenris, a quien buscaban con impaciencia. Sin embargo, Iris escuchó pisadas que provenían del bosque y tocó la túnica de Conrado para advertirle. Él la miró con sorpresa, pero la expresión en los ojos de su amiga le reveló todo lo que necesitaba saber. Con un rápido gesto de dedos, ambos magos se hicieron invisibles.

Iris se alejó de los estudiantes, dejándolos a cargo de Conrado, y se acercó sigilosamente hacia el origen de las pisadas que había escuchado. Sin embargo, su intento por descubrir la figura encapuchada fue interrumpido cuando alguien la detuvo por la espalda, inmovilizándola. Iris trató de identificar a su captor, quien también llevaba una túnica negra.

-Mira, Isai, tenemos aquí a una maga consagrada que nos espía -dijo el mago oscuro con un tono de rencor en su voz.

A pesar del miedo que sentía Iris al encontrarse en esta situación, al escuchar la voz se sintió un poco aliviada. No era la voz de Morderek, sino más bien una voz más grave y aterradora. Iris intentó liberarse de los brazos del mago oscuro, pero una extraña magia oscura se lo impedía.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Los muchachos ya se encontraban dentro del palacio, habiéndose dividido en grupos para registrar el lugar en busca de pistas sobre el paradero de Salamandra y Nawin. Julia y Lis estaban investigando la habitación de Nawin y las áreas reales del palacio, mientras que Raul y Marcos exploraban las zonas comunes como la cocina, los pasillos y los jardines. El amo de la Torre se ocupaba de buscar en las habitaciones de los guardias reales y las áreas menos conocidas del palacio.

Crónicas de la Torre: LisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora