Crónicas de la Torre: Lis

La cueva del más allá

En la penumbra de la cueva, la tenue luz de las antorchas titilaba, proyectando sombras danzantes en las rugosas paredes. El aire estaba cargado, impregnado por el distintivo aroma del líquido oscuro contenido en las copas de plata que descansaban sobre mesas de roca de un tono marrón suave. En esta sala de reuniones clandestina, los magos oscuros, leales seguidores de Morderek, se hallaban inmersos en un debate tenso y conspiratorio.

Morderek, imponente con su capa negra ondeando majestuosamente con cada gesto, desataba su furia hacia dos de sus aliados: un hombre mayor y una mujer. Ambos intentaban justificar haber revelado la ubicación a la hija de sus enemigos.

-¿En serio les diste la ubicación a la hija de mis enemigos? ¡Sois unos insensatos!", exclamó Morderek con severidad, su voz retumbando en la caverna.

La mujer, en un intento de defensa, mencionó el extraordinario poder que poseía la joven, pero sus argumentos no convencieron al líder oscuro. Morderek, con firmeza, ordenó que trajeran a la fuerza a la chica, pero sin revelar la ubicación. Sospechaba que sus enemigos ya estaban ideando un plan para atacar.

La sala, iluminada por la tenue luz, vibraba con una tensión palpable mientras Morderek impartía órdenes para evacuar el lugar y trasladarse a otro sitio. Aunque carecía de un plan definitivo, estaba claro que permanecer allí ya no era seguro; la Torre podría cerrar el cerco en cuestión de días.

Descendiendo por unas pequeñas escaleras hacia una zona aún más oscura, Morderek reveló un rincón oculto de la cueva. La escasa luz apenas iluminaba a otro mago oscuro, un anciano con cabeza calva y gafas, examinando detenidamente el líquido oscuro extraído de los elfos moribundos. Los lastimeros ladridos de los elfos lobos enjaulados resonaban en la oscuridad, agregando una capa de inquietud al ambiente ya tenso.

-No se preocupen, perros. Pronto sufrirán su último aliento. Rafa, encárgate de ellos y prepara las cosas. Nos vamos de aquí. Han descubierto nuestra ubicación", dijo Morderek, dirigiéndose al mago oscuro, mientras señalaba el tono de urgencia en su voz.

Rafa, el mago oscuro encargado, dejó su tarea para mirar a Morderek con seriedad. -¿Y qué planeamos hacer?", preguntó, mostrando una mezcla de curiosidad y anticipación.

-No te preocupes. Si ellos aún no han tomado ventaja, la tomaremos nosotros, afirmó Morderek con una risa maliciosa. -"Pienso hacerme con ese lobito mago".

El otro mago se unió a la risa malévola. -"En menos de unos minutos, todo estará listo".

Con estas palabras, Morderek regresó a la superficie, observando cómo sus seguidores se preparaban para partir. La sala oscura resonaba con la sensación de conspiración y peligro, mientras los magos oscuros se preparaban para enfrentar una nueva batalla en el juego de sombras y secretos que se desplegaba en las profundidades de la cueva perdida en el Más Allá.