En el más allá, se encontraba una pareja de 15 años, cogidos de la mano. La chica tenía cabello negro y unos grandes ojos azules que mostraban una agradable sonrisa. Llevaba puesta una túnica dorada, algo ancha para su delgada figura. El chico, de cabello rubio y ojos verdes, vestía con ropa de campo y lucía una amplia sonrisa en su rostro, con los ojos abiertos de par en par.
Ambos parecían estar esperando algo o a alguien.
Justo detrás de ellos apareció un chico alto y delgado de unos 20 años, también llevando una túnica, pero esta era de color rojo.
Conrado: ¡Dana!, ¡Kai! ¿Ya están aquí? Mira que siempre suelo llegar el primero. -dijo mientras reía.
Luego, aparecieron dos chicos más, riendo alegremente.
Conrado: ¡Iris, mi leal compañera! -se dirigió a darle un abrazo cariñoso.
Saevin: ¿Y a mí no me saludas, Conrado? -dijo riendo mientras abrazaba a su maestra.
Conrado: ¡Jaja! Se te ve bien, Saevin. -le dio una palmadita en la espalda.
Dana, después de terminar de abrazar a Iris, exclamó:
Dana: ¡Fenris!
Este le devolvió el abrazo con cariño y saludó al resto de los presentes.
Kai: ¿Cómo han sido tus primeras décadas en el cielo?
Fenris: ¿Décadas? Para mí, fueron solo días. -dijo riendo.
Dana: Si no cambiabas antes, pues menos ahora. ¡Jajajaja!
Mientras tanto, se acercaron corriendo una joven pelirroja con una túnica roja y un joven con una túnica dorada.
Salamandra: Ves, ya llegamos tarde, Jonás.
Jonas: Intentaba ir lo más rápido.
Kai: Pero bueno, desde primera hora ya están discutiendo. -dijo riendo.
Conrado: Jonas, sigues siendo tan tranquilo como siempre, ¿eh? -mencionó mientras abrazaba a su amigo.
Jonas: Estaba practicando magia. -explicó, posando sus manos alrededor de la cintura de Salamandra para calmar su enfado por llegar tarde.
Fenris: Quién diría que te pasaste 3 años con la túnica azul.
De repente, una luz blanquecina llenó todo el lugar, y se vio ascender una figura que llevaba una túnica blanca y tenía rasgos élficos. Aparentaba unos 30 años, y justo cuando llegó al lugar, ascendió y la luz blanca deslumbrante desapareció, dejando ver el rostro de la persona.
Dana: ¡Bienvenida, Nawin! -dijo mostrando una cálida sonrisa.
Nawin miró a todos perpleja y se dirigió a abrazarlos uno a uno.
Fenris: Pues ya estamos todos. No te preocupes, Nawin, las décadas aquí se hacen cortas. -dijo riendo.
Todos se miraron con sonrisas en sus rostros y se agruparon para abrazarse.
ESTÁS LEYENDO
Crónicas de la Torre: Lis
AléatoireTras la trágica pérdida de Dana, el mundo de los vivos continuó su curso aparentemente normal. Sin embargo, un súbito y violento ataque dirigido hacia los elfos-lobos, seguido de la misteriosa desaparición de la reina Nawin, envolvió a todos en un e...