Las mazmoras

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Jonás caminaba por las habitaciones de los empleados del castillo en busca de pistas sobre el paradero de Nawin y su esposa. El nerviosismo lo corroía por dentro, pero afrontaba la situación con firmeza mientras revisaba minuciosamente las pertenencias en cada una de las habitaciones. En medio de su búsqueda, sus ojos se posaron en una carta mágica con un sobre dorado y azul, y supo de inmediato que provenía de la Escuela de Lago de la Laguna, lo que presagiaba problemas. Al abrir la carta, el mensaje era claro: Iris y Conrado estaban en peligro, rodeados por magos oscuros y con dos  aprendices desobedientes. La lectura de la carta hizo que desapareciera misteriosamente de sus manos, y Jonás se llevó ambas manos a la cabeza debido al estrés.

Quería ir al bosque para ayudar a sus amigos, pero tampoco podía dejar a Nawin y Salamandra a su suerte. Debía tomar decisiones astutas y rápidas para resolver esta complicada situación.

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Eric y otra alumna se negaron a seguir las instrucciones de sus maestros; no estaban dispuestos a abandonarlos en medio del peligro. Conrado e Iris podrían haberse teletransportado junto con ellos, pero necesitaban encontrar respuestas sobre Morderek, sobre la masacre y, sobre todo, sobre su amigo Fenris. La única manera de hacerlo era enfrentándose a sus enemigos.

-¿Qué hacen aquí dos tunicas rojas y unos aprendices espiándonos? -preguntó con maldad.

-Estamos buscando a Fenris -respondió Conrado con determinación.

-Pues no sé quién es ese Fenris, pero dado que nos han descubierto -dijo, mirando al elfo inerte en el suelo-, no nos queda otra opción que acabar con sus vidas -concluyó con malicia, lanzando un ataque oscuro contra los magos

La batalla se desató con una intensidad increíble. Los magos oscuros lanzaron hechizos oscuros y destructivos contra Conrado, Iris y  los aprendices. 

Iris disparó rayos de luz, iluminando la oscuridad de la batalla, mientras Eric conjuraba ráfagas de viento para desviar los ataques enemigos. Conrado desencadenó miles de torbellinos de aire que alejaban a los magos oscuros.

A pesar de su valiente lucha, los magos oscuros demostraron ser un enemigo formidable. Su magia oscura y su determinación los mantenían en pie, y estaban decididos a cumplir su misión, incluso si eso significaba eliminar a los magos consagrados.

La batalla se prolongó, y en medio del caos, Conrado finalmente encontró una oportunidad para hablar:

-¿Y Morderek? pregunto Conrado buscando hallar respuestas

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Raul y Marcos avanzaron hacia las mazmorras, pero antes de llegar a su destino, se encontraron con un grupo de guardias que vigilaban la zona. Había tres de ellos justo en la entrada de las mazmorras y varios más patrullando por los pasillos cercanos.

Marcos se puso a contarlos mientras compartía su preocupación con Raul.

- Hay al menos ocho guardias a la vista de las mazmorras. Esto no pinta bien , dijo con una mirada de inquietud.

-Marcos, hemos estado esperando a Jonás durante más de diez minutos, y no hemos recibido respuesta. No podemos perder más tiempo. Sigamos con el plan original y durmamos a los guardias de la entrada con un hechizo. Luego, entraremos sigilosamente en las mazmorras. Dijo Raul con valentía

Aunque a Marcos no le entusiasmaba la idea, finalmente aceptó la propuesta de Raul. Ambos magos sabían que el tiempo apremiaba y que debían actuar con rapidez para encontrar a Salamandra y Nawin. Con determinación, se prepararon para llevar a cabo su arriesgado plan.

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Lis dejó de ser invisible y conjuró un torbellino de viento en su mano, avanzando valientemente hacia el guardia.

-¿Dónde está Nawin? ¡Dímelo o..."

El guardia, aunque claramente incómodo, respondió de manera desafiante.

-Vaya, esto me resulta familiar..."

Julia volvió a hacerse visible y se acercó a Lis, admirando su valentía en la confrontación.

Sin embargo, una figura familiar se interpuso en su camino, y Julia reconoció al instante quién era. Dio un paso atrás, mirando hacia abajo avergonzada.

- Lis, no puedes amenazar a la gente de esta manera. le reprocho su padre

 A pesar de la mirada reprobatoria de Jonás, Lis respondió con firmeza.

-¡PERO ÉL SABE DÓNDE ESTÁ NAWIN!

 -Lo siento mucho, buen hombre, pero no tengo tiempo para esto. Ahora, Lis y Julia, necesito que vayáis hacia las mazmorras. Raul y Marcos están allí, y posiblemente Nawin y tu madre. Yo estaré allí en 10 minutos, pero ahora tengo que hacer algo. dijo Jonás serio y con rapidez

A pesar de las protestas del guardia. Jonás ya se había desvanecido, y las aprendices volvieron a hacerse invisibles mientras salían de la sala, dirigiéndose rápidamente hacia las mazmorras.

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Crónicas de la Torre: LisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora