35. Ponerse al día

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A pesar de que en ese momento lo último que me apetecía era estar más rato con Águila asentí, poniéndome en pie para zanjar aquello y ver qué le había pasado para que estuviera tan extraño ese día. Le seguí a través del comedor hasta la puerta, y una vez afuera se pasó las manos por el pelo, dirigiéndome una mirada de preocupación.

- Habla.

- ¿Es que no te das cuenta, Pato?

- ¿Cuenta de qué? ¿De que hoy estás un poco gilipollas? Sí, me he dado cuenta.

Quizá estaba pasándome un poco al decirle aquello, pero me alegró que las palabras salieran solas de mi boca, provocando una mirada de sorpresa por parte del chico.

- Lo que he hecho ha sido por tu bien.

- ¿Por mi bien? Has defendido a Delfín y has querido separarme de una de mis mejores amigas. ¿Eso, en serio, es por mi bien?

- Sí.

Definitivamente este chico estaba mal de la cabeza.

- Pues entonces no quiero que sigas haciendo cosas "por mi bien". Gracias por el interés.

Pensaba terminar ahí la conversación, pero en cuanto me di la vuelta para regresar al comedor noté sus manos atrayéndome hacia él.

- Pato escuchame, por favor -Apreté mis labios, dándole luz verde para que hablara-. Panda se mete en líos, y aunque por ahora no haya recibido ningún castigo, no creo que eso tarde en ocurrir. ¿Y sabes quiénes le acompañarán? Sus amigas. Porque básicamente hacéis casi todo juntas, y no es muy difícil llegar al razonamiento de que todas habéis sido culpables. Y créeme, que no va a ser agradable.

Yo aparté la mirada, aunque seguía escuchándole.

- Sé que a Delfín no le agrada nada esa chica, y por ello en cuanto tenga la oportunidad va a convencer a su padre de que se merece un castigo. Y no uno cualquiera. Y si además puede meter a su grupo de amigas con ella, lo hará. Y yo no quiero que a ti te pase nada, ¿vale?

Sus manos ya no estaban sujetando mis brazos, pero no me movi del sitio.

- ¿En serio?

- Totalmente -Le oí soltar un ligero suspiro, aliviado.

- Pero... Carol siempre respeta las normas, ella es muy buena.

- Es posible, pero no es que se controle mucho a la hora de hablar con Delfín, y eso todo el mundo puede verlo.

- Es que ella le pincha.

- Y lo hace con todo el mundo, pero normalmente los alumnos se controlan, porque saben lo que puede hacer.

Unas palabras que había escuchado días antes de la boca de Natalie vinieron a mí cabeza cuando Águila dijo aquello, haciendo que me diera cuenta de que tenía razón.

"No lo creo, solo intentas hacerte la dura; pero en realidad estás temblando. Porque sabes lo que soy capaz de hacer; y eso no te gustaría nada."

Por poco que me gustara hacer caso a la mimada hija del director, Carol tenía que tener cuidado. En cuanto volviera a verle le avisaría de lo que ahora sabía. Solo esperaba que su reunión con el director no tuviera nada que ver con esto.

- Bueno... gracias por decírmelo. Puedo encargarme yo.

Águila elevó una de sus cejas.

- No te preocupes por mí, no voy a meterme en ningún lío.

Me acerqué a él para dejar un pequeño beso en su mejilla y salí corriendo en dirección al comedor, esta vez sin nadie que me detuviera.

- ¡Carol, Carol, Carol!

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