42. Número desconocido

58 6 0
                                    

Tigresa's POV:

Su sonrisa, su pelo, su forma de reír, su mirada. ¿Por qué tenía que ser tan perfecto? Sapo estaba frente a mí, y cada vez que reía dejaba que sus perfectos pómulos se marcaran, al igual que se podía ver una ligera fracción de sus blancos dientes.

Seguramente ahora mismo yo tenía cara de embobada mientras le miraba, pero no es que me importara demasiado.

Sapo se estaba riendo, y se reía conmigo.

  - Entonces... ¿crees que hay alguna posibilidad de que mañana nos veamos después de la gymkana? Realmente me habría gustado participar en ella.

  - Oh, emm... claro. Iré a asegurarme de que todo está bien —Aseguré. Seguro que en ese momento mis mejillas estaban casi tan rojas que podía parecer que acababa de correr una maratón. Pero el simple hecho de pensar en que Sapo quería que él y yo pasáramos tiempo juntos y a solas... hacía que me pusiera nerviosa al instante. Y emocionada, por supuesto. — ¿Estás seguro de que no quieres que hable con mi padre para que te quite el castigo? No es justo que te lo tengas que llevar tú por culpa de algún otro alumno.

Sapo, una vez más, negó.

  - No te preocupes. Yo me ofrecí para cubrirle, sea quien sea. Y no me importa hacerlo.

  - Eres muy valiente. Quizá demasiado.

  - O quizá simplemente prefiero pasarlo mal yo a que acaben todos castigados.

Esbocé una sonrisa al escucharle, realmente era uno de los mejores chicos que podías conocer.

  - Y cabezota.

  - Eso es posible —Admitió él, devolviéndome al instante la sonrisa.— Aunque tú también.

  - ¿Yo?

  - Sí. Tú, Tigresa. Y también eres valiente.

  - ¿Por qué? Yo ni siquiera tengo que pasar castigos por todo eso de que mi padre es el director —Hice una mueca, sintiéndome mal por aquello.— Es como si hubiera favoritismo, aunque yo no lo quiero.

  - Tu hermana usa el favoritismo, tú no —Arrebató él con toda seguridad en lo que decía.— Tú te comportas como una más, y eso es lo que me gusta.

¿Lo que... le gusta? ¿Realmente acababa de decir aquello?

Esta vez me sentí incapaz de contestar; estaba segura de que si lo hacía empezaría a liarme con las frases y acabaría por decir una tontería. Por lo tanto me limité a dirigir mi mirada al suelo, dejando que algunos mechones de mi liso pelo cubrieran parte de mi rostro. Claro que lo que Sapo hizo a continuación no ayudó en absoluto a disimular mi sonrojo.
Antes de que pudiera ser del todo consciente, sus labios se posaron sobre mi mejilla; consiguiendo que esta se encendiera todavía más. Algo que ni siquiera creía posible.

  - ¿Annie?

Una voz que reconocía a la perfección provocó que me girara bruscamente, cortando el momento al instante. Como supuse, Samantha estaba tan sólo a unos metros por detrás de Sapo. ¿Habría visto lo que acababa de suceder? ¿Notaría desde esa distancia el color de mis mejillas? No es que no confiara en mi amiga, pero realmente prefería que nadie en la escuela se enterara de que estaba colada por un chico. Y menos aún de que ese chico era el mismo que le gustaba a Natalie. Sobretodo considerando que era mi hermana.
Por suerte por ahora sólo lo sabía Lena, y esperaba que eso siguiera siendo así durante un tiempo.

  - ¡Sammy, hola! —Alcé una de mis manos para saludarle, rezando porque mi aspecto volviera a ser el de siempre.

Ella dio varias zancadas, rodeando al chico todavía frente a mí, hasta colocarse en apenas unos segundos a mi lado.

Duck | PAUSADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora