22. ¿Qué estáis haciendo?

158 17 9
                                    

Me quedé un rato mirando a la nada; aquella puerta por la que acababan de salir Samantha y Aarón.

  - ¿Te marchas?

Ya empezaba a acostumbrarme a escuchar esa voz. Me giré para ver de nuevo esos ojos azules que tanto me gustaban.

  - No, sólo había ido a buscar a mi amiga - hice una pequeña mueca.

  - Oh - se rascó la nuca -, me preguntaba si querrías bailar un poco más conmigo para que podamos conocernos.

Eché un vistazo a mi alrededor; todo había vuelto a la normalidad. Alisé un poco mi vestido y asentí. Con una sonrisa, Águila cogió mi mano y comenzó a caminar de nuevo a la pista. Busqué con la mirada a Carol, pero no lograba distinguir ningún rostro conocido. Era increíble la cantidad de alumnos que había en la escuela.

La verdad es que al final la fiesta no había sido tan mala idea; todos parecían divertirse y había podido conocer a más gente. Todo era perfecto, pero no había que olvidar que aquello estaba organizado por el director y su hija.

Sapo pasó a nuestro lado; mirando a todas partes

  - ¿Buscas algo? - pregunté; tratando de llamar su atención.

  - ¿Has visto a alguna de las hermanas? - dió una vuelta sobre sí mismo; observando a la gente que le rodeaba.

  - ¿Hermanas?

Frunci el ceño; sólo conocía a una persona que tuviera una hermana, pero dudaba que estuviera buscando a Pantera.

  - ¿Te refieres a...?

  - ¡Eh Sapo! - me cortó Águila acercándose a él - ¿Dónde está tu princesa?

Él alzó una ceja; deteniendose sin entender la pregunta mientras mi pareja comenzaba a reír a carcajadas.

  - ¿Cuando vas a besarla para dejar de ser un sapo baboso y convertirte en un príncipe?

  - ¿Disculpa?

  - ¿O vas a seguir solito para siempre?

En ese momento tiré de su camisa para separarle de él.

  - Águila déjalo ya.

Sapo le dirigió una mirada furtiva y respondió antes de alejarse de nuevo:

  - Aprende a callarte antes de que algún día alguien te lo devuelva.

  - ¿Eso es una amenaza? - alzó la voz para que le oyera, pero Sapo no se dió la vuelta.

  - ¿A qué ha venido eso?

  - Vamos Pato - le miré enfadada y dejó de reírse -; sólo es una broma.

  - A él no le ha hecho gracia.

  - Porque es un aburrido, no sabe divertirse como nosotros.

  - ¿Siempre eres así?

Soltó un pequeño suspiro y cogió mi mano; adivinando mi pensamiento de alejarme de allí.

  - No; lo siento. Hago muchas tonterías, pero no espero que la gente se lo tome a mal. Por favor no te vayas - hizo un puchero -, me comportare mejor; lo prometo.

  - Está bien. ¿Quieres seguir bailando o hacemos otra cosa?

  - Lo que tú prefieras - juntó su frente con la mía; haciendo que nuestros rostros quedaran muy cerca.

  - Yo... querría buscar a una amiga - miré al suelo.

  - Entonces te ayudo - sonrió -, y así conozco a tus amigos.

Duck | PAUSADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora