4. Ten cuidado

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  - No lo sé —Susurró Annie en respuesta.— Estoy preocupada; no ha aparecido en toda la mañana.

Si ninguna de ellas tenía noticias, no había nada que pudiéramos hacer en aquel momento.
Nos acercamos a la profesora siguiendo al resto de alumnos, que nos dió una espada (falsa) a cada uno para que comenzáramos a practicar.
Levanté la mía en el aire tras echarme a un lado, y pude comprobar así que por suerte no pesaba demasiado.

  - Bien, alumnos... —La puerta se abrió de golpe, interrumpiendo la explicación y haciendo que todos nos giráramos a la vez. Un chico de pelo castaño oscuro entró en la sala seguido de dos hombres; Hugo entre ellos.

  - Disculpen la brusca interrupción —Habló este último.— Este rebelde andaba merodeando por una de las salas prohibidas.

¿Había salas prohibidas?
El chico forcejeó para soltarse de la mano de Hugo que lo agarraba con fuerza de la camisa. Levantó la vista del suelo, y nuestras miradas se cruzaron. Entonces le reconocí; era aquel chico con el que me había chocado esta mañana, el que me advirtió sobre lo "peligrosa" que era la escuela.

La profesora asintió, y estos le soltaron al momento.

  - Señor León, te quedarás al final de la clase para hablar de tu castigo. Como iba diciendo —Helen se giró de nuevo hacia nosotros; que todavía seguíamos en shock por lo recién ocurrido— lo primero que vamos a aprender es la técnica; por eso las espadas que utilizaremos hoy no son de verdad. Para realizar los ejercicios de hoy necesito que os coloqueis en parejas.

Mi cabeza seguía tratando de asimilar toda la información que estaba escuchando desde mi llegada a la escuela. Hugo, el día anterior, había mencionado algo sobre los castigos. Al igual que Helen ahora.

Los dos hombres ya habían desaparecido, aunque las puertas seguían abiertas. Miré a mi derecha, donde Ari y Annie se habían colocado juntas. De hecho, todos ya estaban preparados, y yo era la única que no tenía pareja.

  - Pato, tú harás los ejercicios con León.

Todavía no me había acostumbrado a que me llamaran así, por lo que me costó unos segundos darme cuenta de que se refería a mí.

  - Muy bien. Sapo y Pingüina, hacer el primer ejercicio.

¿Sapo? ¿León? No pude reprimir una risa; aquello parecía un zoológico. Me acerqué al chico todavía desconocido para mí, que se frotaba dolorido el brazo. Cogió una espada como la que yo tenía en la mano y nos colocamos uno frente a otro. La pareja que habían nombrado ejecutó el ejercicio si ninguna dificultad, y el resto intentamos hacerlo igual.

  - ¿Te llamas León? —Traté de comenzar una conversación, tras un incómodo silencio.

  - Todos me llaman así.

  - ¿Y cuál es tu nombre real?

  - No quiero decírtelo.

  - ¿Por qué?

  - Porque no.

¿Aquel chico podía ser más borde?

  - Oye, yo solo trataba de ser amable contigo, eres tú el que ha hecho algo que no debía.

  - Lo que he hecho... ha sido por nuestro bien.

  - ¿Nuestro..?

  - De todos los alumnos —Se acercó a mi oído, como había hecho en nuestro primer encuentro.— Esta escuela tiene secretos, Pato, y no son buenos.

Me estremecí al oír aquello.
Nada más finalizar el ejercicio vi que una chica nos miraba fijamente a través de sus lentes. Se parecía físicamente a Panda pero no era ella. Sus ojos verdes penetraron en nosotros. ¿Es que le habíamos hecho algo malo?

  - Ten cuidado —Me advirtió de nuevo León mientras se alejaba.

Por suerte ya era la hora del descanso antes de comer, por lo que todos dejamos las espadas de nuevo en la caja y me reuní con Ari y Annie a la salida.

  - ¡Chicas! —Las tres nos giramos a la vez al escuchar una voz, y encontramos a Panda sentada en un banco junto a la salida del edificio. — ¿Cómo ha ido la clase de esgrima? —Tenía un aspecto serio, y no era difícil darse cuenta de que le pasaba algo, aunque intentara fingir lo contrario.

  - ¿Qué te ha ocurrido Carol? ¿Por qué no has venido? —Preguntó la pelirroja en cuanto llegamos a su lado.

  - Ehh.. nada, me he quedado dormida —Las tres nos miramos a la vez y negamos con la cabeza; no nos lo creíamos.— Está bien, me han llamado al despacho del director.

  "Hay una chica; Panda, debemos tener cuidado con ella"

Aquella frase vino a mi cabeza cuando mencionó la palabra director. Estaba segura de que tendría algo que ver con eso. Puede que no le conociera mucho, pero Carol no parecía ser de las que se saltaban las reglas.

Duck | PAUSADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora