- Te ayudaremos —Se ofreció Ari, a pesar de que no teníamos ni idea de qué se trataba.
- No podéis ayudarme.
- ¿Por qué no?
- Sabes que puedes contar con nosotras para lo que quieras, Carol —Traté de animarle.
- No. Lo siento, chicas. Pero esto es un tema muy diferente. Es algo que debo hacer yo sola.
- Pero también influye a nuestro posible futuro, ¿no es cierto?
- Sí.
- Genial. Eso suena muy creíble y de una persona en la que debería confiar —El sarcasmo fue notable en la voz de Samantha.
- ¿Y a tí qué te pasa? ¿Por qué te comportas así? —Mi repentino comentario no sólo sorprendió a mis amigas, sino también a mí.— Carol está tratando de ayudarnos e informarnos de lo que ocurre, y parece que lo único que sabes hacer es criticar.
- Tú no me hables.
- ¿Qué?
- Me has oído —De forma infantil, Samantha se giró para no mirarme.
- ¡Pues claro que te he oído, pero no tiene ningún sentido!
- Entonces busca un diccionario —Se limitó a responder, con la mirada ahora puesta en sus uñas.
Yo me giré hacia Carol y Ari, sin entender nada de aquello. La última vez que había hablado con Samantha todo estaba aparentemente bien, y no recordaba haber hecho algo que pudiera haberle enfadado.
Ambas se encogieron de hombros.- Me rindo. Sigue con tu pataleta de niña pequeña. Cuando quieras hablar de forma razonable, ya sabes dónde está mi habitación.
- ¿Qué te parece... nunca? —Esta vez sí que giró su cabeza hacia mí.
- ¿Qué te parece a tí...? —Comencé a responder, pero Ari me dio un ligero apretón en el hombro para que me detuviera.
- Basta, chicas.
- Se suponía que esto debía unirnos. No pensé que acabaría así —Carol se veía realmente agotada.
- No te preocupes. No ha sido culpa tuya. Muchas gracias por informarnos. Creo que... —La pelirroja pasó la mirada de Samantha a mí varias veces.— deberíamos irnos ya. Seguiremos hablando en la cena —Apartó la mano que todavía seguía en mi hombro para después ponerse en pie.
- Está bien. Hasta la cena.
Samantha no tardó en marcharse de allí también, pero yo me quedé un rato más. No podía evitar preocuparme por mis amigas, aunque a veces me metiera donde no debía por ello.
- Carol, ¿te encuentras bien?
Ella me mostró una casi creíble sonrisa y asintió. Parecía como si fuera un movimiento ensayado.
Con aquello me dejaba claro que no hablaría aunque yo insistiera. Me puse en pie.- Umm... otra cosa —Me atreví a añadir cuando estuve a la altura de la puerta.— La solución de la que has hablado antes... no es tan sencilla como has dicho, ¿cierto?
- No.
- ¿Y... lo harás?
Carol me miró a los ojos, y por primera vez vi en ellos miedo. Una palabra con la que nunca le habría definido a ella.
- No lo sé. Lo siento.
- No importa —Traté de restarle importancia, aunque desconocía por completo el asunto.— Habrá otras soluciones. Ya lo verás.
ESTÁS LEYENDO
Duck | PAUSADA |
Science Fiction«No soy normal. Quiero serlo. Nunca lo seré.» Lo único extraño en la vida de Lena Jumprose hasta ahora era la marca de nacimiento que tenía en su muñeca. Porque seamos sinceros, ¿quién tiene una marca de nacimiento con forma de pato? Sin embargo, no...