Cuando abrió los ojos se dió cuenta de que no se encontraba en su habitación, en su lugar un enorme salón se extendía alrededor de ella, la decoración era en extremo lujosa, hasta el punto de llegar a ser estrafalaria.
Todo estaba iluminado por velas de distintos tamaños, la luz que proyectaban era espectral y la ponía nerviosa, al final del salón había una puerta de madera maciza, se dirigió a ella con el miedo recorriendo sus venas, la esperanza de salir de allí a salvo se esfumó al oír cómo se abría la puerta.
Con elegancia y un paso decidido apareció de entre las sombras el vampiro que la hacía temblar.
-La tierna y... Humana, Alison- Su traje negro se amoldaba a su atlética figura y lo hacía verse intimidante, con tan solo mirar sus dos orbes escarlatas sabía que Darwel venía por algo en específico. Por ella.
-¿El inmortal y alto Darwel?
El vampiro no sonrió, su rostro estaba mortalmente serio, se podían vislumbrar los siglos de experiencia y crueldad que mantenía muy bien escondidos, ella había oído historias sobre Darwel, los vampiros rusos se jactaban de que la mano derecha de Lilith era un asesino perfecto y que disfrutaba destrozando a sus conquistas.
-¿Qué es lo que deseas, Alison?
No tenía porqué mentir, lo quería a él.
-¿Y bien?
-Tú ya sabes la respuesta- Le contestó con ojos entrecerrados.
-Los humanos desean muchas cosas, sus caprichos cambian a cada instante- Las velas que iluminaban el gran salón comenzaron a apagarse, una por una- Pero, sus verdaderos anhelos sólo salen a relucir cuando están al borde de la muerte ¿Es necesario que te lleve hasta ese punto?
Justo antes de que la oscuridad se tragara todo Alison sintió las manos de Darwel sobre su cintura, sujetándola.
-Porque puedo hacer que experimentes el mayor placer de tu corta vida- Le susurró en el oído- Sólo que... después de mí nadie te dejará satisfecha jamás.
Los músculos de su espalda se tensaron al sentir algo puntiagudo deslizándose por la piel sensible del cuello, pequeñas descargas siendo conducidas a lugares prohibidos.
Alison no veía nada, eso potenciaba aún más las sensaciones que su inexperto cuerpo estaba tratando de procesar.
-Quiero tomarte, Alison- Algo tibio resbaló por su clavícula.
Darwel lamió con suma lentitud la sangre que sus colmillos habían extraído, los dedos de Alison buscaron el cabello espeso del vampiro y al encontrarlo se aferraron a las gruesas hebras.
Mientras Darwel seguía deslizando su experta lengua Alison daba tirones débiles a su cabello y por lo que pudo notar eso lo excitaba aún más.
Alison sabía muchas cosas sobre sexo, a ella le parecía fascinante ese acto tan primitivo y enloquecedor, le gustaba ver y aprender, aunque nunca lo había practicado, tal vez el vampiro le enseñara cosas que ni siquiera Internet sabía.
-Estás lista- Murmuró contra su nuca- Necesito morderte.
Antes de que pudiera moverse los brazos de Darwel se cernieron alrededor de ella, dejándola incapacitada, podía imaginar el rostro del vampiro, con sus colmillos relucientes e increíblemente sexys, la curiosidad era más grande que el miedo, ella quería ser mordida.
Su espalda chocó contra el duro pecho de Darwel, con cuidado retiró el cabello ondulado de la humana, necesitaba admirar la hermosa yugular que palpitaba con un ritmo acelerado.
-Míranos... - Le dijo.
De pronto se encontraban en un cuarto completamente blanco, en él sólo había un gran espejo hecho de lo que parecían ser huesos humanos, Alison miró hacia éste y su respiración se aceleró, allí estaba ella con un ligero camisón rojo y detrás de su cuerpo, sumamente cerca, Darwel, el perfecto rostro, blanco como la nieve tenía una expresión de completa perversión, sus labios estaban manchados de sangre al igual que la barbilla, era la escena más deliciosa que ella había contemplado.
-Observa cómo me alimento de ti y cómo disfrutas dándome lo que quiero.
Sin despegar los ojos el uno del otro la cabeza de Darwel descendió, sus colmillos crecieron y en un rápido movimiento los incrustó en el delgado cuello.
Alison dejó que sus párpados se cerraran un instante, el placer la dominó, necesitaba más.
Cuando Darwel mordió más fuerte los latidos de su corazón se hicieron tan fuertes que era lo único que percibía, la debilidad hizo que sus piernas fallaran, nada detuvo su caída, de pronto era como si un interminable agujero se la estuviese tragando.
-Alison, me gustas, aunque todavía eres muy pequeña- El cuerpo de Alison flotaba en la nada, sólo podía escuchar la provocativa voz del vampiro- Pero todavía hay tiempo, te enseñaré y convertiré en una mujer.
Unas suaves caricias cerca de su oreja le pusieron la carne de gallina, la respiración de Darwel chocaba contra su sensible piel y sus labios rozaban su lóbulo.
-Llevas mucho tiempo escondiéndote, siempre pareciendo débil y asustadiza, estás cansada de que todos reciban atención que no merecen, siento tu ansia de control, de poder- Un suave mordisco- Tienes las cualidades de una líder, me enferma ver que otros se han encargado de sepultar tu grandeza, es hora de que te muestres, yo seré tu guía.
-¿Sabes? A mí también me enferma y lo que me pone más furiosa es que yo lo permití- Sus manos se cerraron en puños apretados.
Una sonrisa cargada de suficiencia se instaló en el rostro de Darwel.
-Serás una excelente comandante, nuestra reina estará muy complacida- Apareció frente a ella y la obligó a verlo a los ojos- Te gustará estar en nuestras filas.
-Matar no es tan difícil.
-No, creí que les costaría más trabajo hacerlo pero me han sorprendido- Una risa corta- De verdad detestaban a Alan.
-Ese pusilánime, no tenía ni la destreza para caminar bien- Al asesinar a su mentor algo dentro de ellos había cambiado, ahora mismo el cuerpo del Cazador se encontraba esparcido por distintos lugares del bosque, cortado en pedazos como un cerdo.
-Han pasado mucho tiempo con los rusos, ahora hasta adoptan su forma de hablar.
Alison se alzó las cejas con sorpresa, era verdad, los vampiros rusos eran como sus hermanos mayores.
-Pronto despertarás... - Con un dedo levantó su mentón- ... ¿Quieres tener lo que te ofrezco? Puedo hacer que todo se haga realidad.
Alison quiso responder pero al abrir la boca no salió nada, un sonido a lo lejos le arrebató el sueño.
-¡Despierta, Alison! Tenemos que estar listas, pronto vendrán- Le gritó Adoración con una sonrisa en los labios- ¡Al fin nos largamos!
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¡¡LO LAMENTO!!
No me maten, no había podido escribir, entre mi entrada a la preparatoria y el desarrollo de los últimos capítulos no me quedaba tiempo para nada.
Subiré más rápido, Dios, los capítulos que vienen son ASOMBROSOS, me encantan, la trama, los giros de la historia y un hermoso, sangriento, despiadado y nada predecible final.
Los amo, y a todos lo que se preocuparon por su estúpida escritora ¡muchas gracias!