Jamás te dejaré.

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Mitch no podía creer que tuviera un hijo, ni aún mirándolo lo creía, el niño estaba viendo el televisor mientras bebía sangre en un vaso de cristal, era una réplica suya en miniatura, rubio, mejillas sonrosadas, la misma nariz respingada, sus facciones eran iguales... era su hijo...hasta en su mente sonaba impensable.

             

Noah ya sabía que ellos se encontraban mirándole, pero no les prestaba atención estaba más concentrado en saborear su delicioso vaso de sangre, no entendía por qué lo miraban tanto y no le interesaba.

                                                                           

Los 5 vampiros vieron cómo Noah se reía al ver algo en la pantalla dejando ver sus pequeños colmillos, Lilith al ver eso se enterneció, ese niño vampiro era realmente adorable, pero no se podía comparar con lo que sentía cada vez que veía a Klaus, su hijo.

                                                         

-Noah, ven, te voy a presentar a alguien muy importante-

Noah obedeció como el niño bueno que era, Darwel le había demostrado que podía confiar en él, lo había cuidado, alimentado y protegido.

-Noah, ellos son Lilith, nuestra señora y su hermano Mitch- Dijo Darwel con cautela, no sabía cómo iba a reaccionar Noah.

-¿Eres mi papá?- Preguntó inclinando la cabeza a su derecha.

Mitch no sabía que decir, el niño lo veía con sus enormes ojos rojos buscando respuestas, y él se había quedado en blanco.

-Si, cariño, él es tu padre y yo soy tu tía Lilith- La vampiresa le sonrió y le acarició la mejilla, al instante Noah le devolvió la sonrisa y se sonrojó un poco.

Darwel, Mitch, Nathan y Luke a veces se sorprendían de lo rápido que Lilith se ganaba a la gente, caían al instante, en algunas ocasiones resultaba gracioso pero en otras llegaba incluso a dar miedo. Mitch en esos momentos amaba a su hermana, lo había salvado de esa situación incómoda.

Pero de algo si estaba seguro, pronto tendría que dar explicaciones y algunas revivirían fantasmas del pasado.

Fantasmas que regresaban para atormentarlo.

***

Klaus miraba a Abigail con el ceño fruncido, lo que había dicho no tenía sentido, sus padres no eran seres sobrenaturales, está bien, eran crueles, los odiaba, eran unos malditos, merecían la muerte, ¿Ya había dicho que los odiaba?, los aborrecía con todo su corazón, pero no eran sobrenaturales, aunque su padre era un desalmado sin sentimientos, ¿eso contaba?

Mientras él pensaba cosas sin sentido, Madison no le quitaba el ojo de encima, lo que había hecho su abuela la intimidaba y fascinaba en partes iguales, si eso era posible entonces lo que decía no era del todo descabellado, recordó, la noche de luna llena, el magnetismo que Klaus infringía, sus ojos rojos, podría tener razón.

-Klaus... puede que mi abuela tenga razón, acuérdate de lo que sucedió hace unas noches, eso no fue normal-

-Oh... ya está empezado, mi querido niño, quizá en unos años seas todo un ser oscuro, muy guapo por cierto-

Dijo Abigail risueña.

Klaus quería negarlo, con todas sus fuerzas, pero algo dentro de él se removió con satisfacción, pronto esa parte oscura de él, la que siempre estuvo escondida, saldría a la luz. Y que el mundo estuviera preparado ya que no tendría piedad, el Klaus que ahora existía daría paso a otro más cruel.

Cazadores de VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora