Esto era una mala idea, ambos lo sabían, podrían terminar muertos o convertidos en sapos, Nathan suspiró con pesar, no debió aceptar acompañarlo.
-Vamos, Emma me conoce, no nos dañará-
-Luke, ni me hables, puedo arrancar esos lindos colmillos que tienes y hacerme un collar con ellos-
-Dios, realmente eres dramático- Dijo negando con la cabeza- Tuve sexo con ella y la dejé satisfecha a más no poder, no sé que te preocupa.
Nathan lo miró con incredulidad, ese idiota no conocía a las mujeres, Emma le rompería la cara y estaba seguro de que le ayudaría, Luke necesitaba entrar en razón.
-Entraremos, pero desde el inicio le dejaré bien claro que si ella decide hacerte algo estaré totalmente de acuerdo- No era tan descerebrado como para enfadar a una bruja.
-Amo tu optimismo y valoro completamente tu apoyo, ahora sé porqué eres mi amigo- Luke le lanzó un beso y lo tomó del brazo- Entremos.
Los dos vampiros caminaron hacia una pequeña casa, eran los típicos suburbios, solo que estos parecían estar abandonados.
-No es muy impresionante- Comentó Nathan observando la madera vieja y la pintura descascarada- Pensé que las brujas eran más quisquillosas en este sentido.
-Y lo son, pero ahora no pueden andar por ahí mostrando su poder, son reservadas- Las brujas eran muy inteligentes y no podían arriesgarse tanto- Te vas a sorprender.
Luke tocó la puerta con cuidado, esperaron unos minutos, oyeron claramente los pasos ligeros de la bruja, Nathan arqueó sus cejas al escuchar el sonido de todos los cerrojos que tenía ese viejo pedazo de madera.
La puerta se abrió dejando ver a una pequeña pelirroja que los observaba con extrañeza, sus grandes ojos color avellana iban desde el castaño alto que se encontraba a su derecha hasta el moreno de su izquierda, aunque al ver a éste último sus labios rojos se fruncieron en una mueca de disgusto.
-Emma, tanto tiempo... - Empezó Luke pero fue interrumpido por Nathan.
-Si quieres golpearlo, hazlo, lo necesita-
-Es justo lo que iba a hacer- Murmuró entrecerrando los ojos, levantó su mano y le propinó un fuerte puñetazo a Luke en el rostro- Es una lástima que no le provoque dolor, en este momento odio tu condición de vampiro.
-Creí que los golpes solo eran para la cama, Emma, ¿es una insinuación?- Sus largos colmillos resplandecieron, llamando la atención de la bruja.
-No... Eso ya pasó- Sus mejillas se tiñeron de rojo.
-No dejes que te distraiga, ésa es su táctica para salir de los problemas- Nathan estaba cruzado de brazos, conocía demasiado bien a ese demente.
-Luke, ¿qué haces aquí?- Preguntó seria.
Luke quitó la sonrisa que adornaba su rostro, su expresión se volvió fría e inescrutable.
-Venimos a hablar de negocios, Emma- Acarició lentamente la mejilla de la bruja- Te conviene aceptar, el príncipe quedará muy agradecido contigo si aceptas el trato que venimos a proponerte.
-¿El príncipe...?- Tragó duro- ¿El quiere mi ayuda?
-Sí, cariño, él quiere aliados y que mejor que una bruja como tú- Emma miró a Luke sin saber qué decir, lo que le proponía era muy tentador y a la vez muy peligroso- Sabes que la guerra se desatará pronto y los que no estén con Klaus morirán.
-No me dejan muchas opciones... Unirme a ustedes o morir- Rodó los ojos- Mejor entren, esto es algo que se debe discutir con un trago.
Se hizo a un lado para que ellos pasaran, la madera crujía como si fuera a romperse.