-Sigo teniendo esta sensación, él no parece tener un auténtico interés en mí- Explicó Yunuen a la vivaz anciana que bebía de su té pensativa- Creo que me quiere mucho, pero como amiga.
La mujer dejó la taza sobre la pequeña mesa de vidrio.
-Probablemente tengas razón en todo, a menudo los adolescentes ven señales donde no las hay, no creo que sea a propósito pero al ser tan inexpertos y con ansias de gustarle a los demás su mente les juega una treta- Una sonrisa de compasión se formó en los labios de la anciana, su rostro mostró todas las arrugas que el tiempo había colocado en él y Yunuen pudo respirar de nuevo, sin saberlo había contenido el aliento- Ese muchachito parece ser muy guapo y enigmático, las hormonas, el cariño que sientes hacia él, tal vez ni siquiera estés enamorada de Klaus.
Ese razonamiento tan lógico hizo que la pelirroja arrugara la nariz, probablemente se había aferrado demasiado a Klaus, él había sido la persona que despertó en ella curiosidad por primera vez, el primero en ser sincero con ella, quien la trató sin ninguna contemplación, recordó sus momentos juntos y en ni uno solo encontró algún indicio de que el amor de Klaus no fuera puramente de hermandad.
-¿Ahora lo entiendes? Estabas confundida.
Al oír la voz de la mujer una chispa de rabia se encendió en su interior.
-No, yo no estoy confundida, sé lo que siento y tal vez él no me corresponda pero tiene derecho a saberlo, muy posiblemente nuestra relación no vuelva a ser la misma y hasta pierda su amistad pero no me permitiré ser cobarde.
"Que cursi, ya me dio asco. Puedo jurar que esa frase es ridícula y trillada."
"Nunca entenderé a los humanos, son complicados."
"Lo sé, esta tonta no es la excepción."
En medio de la habitación donde se encontraban aparecieron los inquietantes y molestos mellizos, sus diferencias tan marcadas se habían grabado en la cabeza de Yunuen, desde que los había visto por primera en sueños la mirada vacía de ambos se mantenía presente siempre.
-Yunuen ¿cómo llegaste aquí?- Preguntó la anciana con un tono ligeramente divertido.
La frente se le arrugó al tratar de recordar como había llegado a ese lugar, no se le venía ninguna cosa a la cabeza, pareciera que sus recuerdos comenzaran desde que hablaba la anciana, antes de eso no encontró nada más.
-¿No? Bueno, eso es porque realmente nunca llegaste aquí, esto es un sueño.
"Siento interrumpir su explicación, mi señora, pero el tiempo se acaba, en estos momentos los vampiros ya rodean la sede de Cazadores y él está preparado para emerger."
Los ojos de Yunuen se posaron en la niña, ella mostraba un rostro imperturbable, al contrario de su hermano que le sonreía con burla.
-Tienes razón, me desvié- La niña asintió complacida- Mi nombre es Helen, soy la encargada de que él no lleve a cabo sus planes.