Instintos Asesinos

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Después de que Klaus y Madison se despidieron de Luke y Nathan, los vampiros se dirigieron velozmente a la mansión de Lilith, tenían que comunicarle que ahora eran más cercanos al príncipe.

La noche estaba comenzando a caer, las fuerzas volvían a ellos y con la noticia que le iban a dar a su señora sus semblantes no podían ser mejores.

-No te reconocí, Luke, parecías otra persona- Comentó Nathan.

-Creo que la última humana que comí no estaba limpia- Dijo refiriéndose a las drogas- Puede que me haya afectado.

-Los chicos me cayeron bien, no son unos idiotas-

-Claro, Klaus es hijo de nuestra reina, por obvias razones no iba a ser un estúpido- Torció el gesto- ¿Te imaginas cuando sea rey?

-Sí, por lo que investigamos de él ha sufrido mucho, no va a ser alguien compasivo- Sonrió- No dejará pasar nada.

-Pero... ¿Qué va a pasar con Madison?-

-No sé, pero esos dos tienen algo, a lo mejor y la convierte- Se encogió de hombros- Será su decisión.

-¿Te has dado cuenta de que hablamos como personas adultas?- Abrió los ojos- ¡Ya maduré!

Nathan lo volteó a ver y negó con la cabeza.

-Sí que te pegó duro la sangre con drogas- Aceleró- Vas por mal camino.

El resto del trayecto la pasaron en silencio hasta que una duda asaltó a Nathan.

-Luke... ¿Cómo te enteraste de que el hijo de nuestra señora estaba vivo?- La curiosidad lo mataba.

-Cuando mis padres desaparecieron empecé una búsqueda exhaustiva- Suspiró- Creo que llamé mucho la atención porque un día en la puerta de mi casa aparecieron unos hombres vestidos con ropa extraña, me dieron sus nombres, era... Demetri Dagon y... George Blackford.

-El padre de Klaus- Apretó el volante- Bueno, el padre en esta vida.

-Ajá... en fin, llegaron y me dijeron que los vampiros habían asesinado a mis padres, primero no les creí pero ellos tenían "pruebas"- Hizo las comillas en el aire- Eran unas fotos de los cuerpos de mis padres, estaban irreconocibles, todo era un truco.

-Saben cómo llegar a las personas- Nathan apretó los dientes.

-Pasé una temporada con ellos, todo normal, pero yo quería vengarme- Recordó sombrío- Salí a buscar más información sobre los vampiros, nada sencillo, la verdad, no encontré nada.

-¿Entonces...?-

-Me desesperé y busqué, pero ahora con las brujas- Casi se carcajeó- Perdí mucho tiempo en farsantes hasta que encontré a una auténtica bruja, Emma, ella descendía de una de las más fuertes castas.

-¿Cómo la convenciste?-

-Un caballero no tiene memoria- Le recordó.

-Pero tú no eres un caballero-

-Bueno, el chiste es que ella tampoco sabía mucho de los vampiros así que me dio un libro- Nathan tenía el ceño fruncido- Sí, Nathan, un libro, pero esa cosa no era normal, te digo algo, parecía más una biblia, pero mucho más grande, lo abrí y no tenía nada.

-No pues sí, de nada sirvió que te acostaras con la bruja- Le dio un zape- Si que eres idiota.

-¡Déjame terminar!- Gritó- Como te decía, no había nada escrito, Emma me dijo que se le hacían preguntas y el libro te respondía.

-Qué genial, no me lo imagino- La mansión ya se vislumbraba entre los árboles.

-Ni yo lo imaginaba, casi me da un infarto, le pregunté cuál era la debilidad de la reina de los vampiros- Se tocó la barbilla- Las hojas que estaban en blanco pronto se empezaron a llenar de letras, ahí fue cuando lo supe todo, algo que me extrañó es que me dijo que reencarnaría.

Cazadores de VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora