Yunuen pasaba la mayoría del tiempo en la habitación de Klaus, hablaban horas enteras de temas banales, parecía que nunca los habían separado.
De lo único que no hablaban era de su pasado, ambos no se sentían preparados para hacerlo, algo se los impedía.
Ahora mismo Yunuen estaba con Klaus, las enfermeras habían comprendido que era mejor no molestarlos y dejarlos solos.
-Yunuen ¿me podrías prestar tu teléfono?- Preguntó Klaus con los ojos cerrados, la venda ya había sido retirada de su cabeza, al igual que el monitor que controlaba sus latidos- Necesito hablar con alguien urgentemente.
La ansiedad en la voz de su amigo no pasó desapercibida para la pelirroja, cualquiera que fuera ésa persona era muy importante para Klaus.
-Sí, aquí está- Le entregó el celular y volvió a sentarse en la silla que se encontraba al lado de la cama.
-¿Todavía no has superado esa loca obsesión por las estrellas?
-Son lindas, tienen algo que me pone feliz- Le explicó con paciencia, Klaus siempre se burlaba de ella por eso.
-Son bolas de gas que están a millones de kilómetros, no tienen nada de especial, además, tarde o temprano dejarán de existir y se tragarán lo que haya a su alrededor, lo consumirán- Negó con la cabeza y sonrió- Te gustan las cosas destructivas.
-No te golpeo porque sé que estás herido, pero óyeme bien Klaus Blackford, apenas salgas de aquí te patearé el trasero.
- Si quieres tocar mi trasero sólo pídelo, no hay necesidad de ponernos violentos- Marcó el número y esperó a que Madison contestara, Yunuen rodó los ojos y alzó las cejas, Klaus era una de las pocas personas que podía hacerla enojar y sonreír al mismo tiempo.
-¿Bueno...?- La voz rasposa de su novia llegó hasta sus oídos, había estado llorando.
-Hey, ¿cómo va todo por allá?- Trató de sonar casual pero un mal presentimiento hizo que su tono mostrara todo menos tranquilidad.
El silencio del otro lado de la línea lo puso alerta.
-Klaus... Sucedió algo muy malo- Murmuró Madison con las lágrimas bajando por sus mejillas.
-Dime ahora mismo, sabes que no me gusta que anden con rodeos- La rudeza y seriedad de las palabras de Klaus dejó a Yunuen helada.
-Asesinaron a Nathan- De pronto los sollozos de la humana llenaron sus oídos- Luke está incontrolable.
Klaus estaba sin palabras, realmente no sabía qué decir, él tambien apreciaba al vampiro de cabello castaño y sonrisa amable.
-¿Qué sucedió?- Necesitaba saber.
-Luke no ha querido hablar, ni siquiera con tu madre.
-Dile a Lukas y a Kaya que se encarguen de él, si es necesario envíen a Emma, ahora mismo se está preparando para atacar y eso no nos conviene en lo más mínimo- Sonaba frío e insensible pero la muerte de Nathan no podía desviarlos de su plan original, sabía que el vampiro no querría que eso sucediera- Lo pagarán muy caro, pero ahora no es el momento.
-Se los diré, pero Klaus, esto no se puede quedar así, hay que hacer algo para que sepan que si nos siguen cazando iremos tras ellos- Dentro de la tristeza por la muerte de su amigo Madison hervía de odio hacia los Cazadores- Nathan era muy importante para nosotros, su muerte debe ser vengada.
Una débil sonrisa apareció en el rostro de Klaus, su humana hablaba como si ella fuese un vampiro.
-Tranquila, yo me encargaré de todo- Suspiró- Comunícale a Lukas que ya pueden proceder, él sabrá a qué me refiero.
