Epílogo - Parte 3
Trabajar con niños era más difícil de lo que parecía, Seth tenía pruebas de ello; terminaba sofocado luego de aguantar los lloriqueos de muchos de ellos, por no mencionar las ocasionales patadas y los reclamos de las madres... todo eso por hacer su trabajo.
Pero no lo haría de no ser porque le reconfortaba saber que los niños se recuperaban, y es que hacía su mayor esfuerzo para que eso pasara. Aunque no siempre era así, ya que de vez en cuando sus pequeños pacientes perdían la batalla en contra de la enfermedad, y en esas ocasiones Seth buscaba consuelo en el Señor y en su familia; le reconfortaba saber que ellos siempre estarían para él.
Detuvo el auto frente a su casa, deseoso de ver a su familia. Atravesó el camino de entrada y pronto estuvo frente a la puerta, mientras buscaba las llaves en sus bolsillos le llegaron ruidos desde el interior.
Y para su sorpresa, el abuelo Frank le abrió la puerta con Rui en sus brazos.
El paso del tiempo había transformado a Frank en un hombre de sonrisa afable y gran barriga, los surcos de sus ojos y frente se acentuaban cada vez que levantaba las comisuras, cosa que hacía muy seguido. La relación entre Seth y Frank había mejorado de forma impresionante a partir del nacimiento de Renne... y desde entonces trabajan en ella.
—Pasa —dijo Frank con un tono cálido y tranquilo.
Rui le extendió los brazos en cuanto entró a casa, por lo que Seth dejó sus cosas en la sala y posteriormente cargó con su hijo.
—Emily salió con Renne a hacer las compras de la semana, seguro deben de estar por llegar—informó —. Aprovechó que estoy de visita para dejarme a Rui.
Seth negó con la cabeza al tiempo que sonreía.
—¿Cuándo llegaste?
—Ayer en la noche.
—¿Y cómo están las cosas por allá?
—No diría que bien, pero vamos mejorando. El poblado es tan pequeño que no sale anunciado en mapas.
—Me imagino.
Seth dejó a Rui en su sillita individual, luego abrió el refrigerador y sacó dos cervezas.
—¿Cómo está Emily?
Las latas soltaron el característico sonido al ser abiertas.
—Gracias —dijo Frank cuando Seth le tendió una de ellas.
—Ella... me pregunta cada vez más seguido; se está dando cuenta de cosas que antes pasaba por alto.
Frank torció los labios y rascó su barbilla.
—Sabíamos que esto pasaría, no podemos seguir ocultándoselo.
—No podemos decirle, Frank. Imagina el estado en el que se sumiría.
—¿Entonces pretendes negárselo toda la vida?
Las palabras no salieron de la boca de Seth.
Era cierto que Emily tenía una vida sana, ¿pero a base de qué? Muchos años atrás la situación había sido tan desesperada que habían recurrido a la hipnosis, más específicamente a hacerla olvidar los crudos recuerdos de su doble personalidad por medio de ese método. No había sido sencillo, pero lo habían conseguido. Emily tenía memorias hechas a base de ilusiones que ella misma había generado con otros recuerdos verdaderos.
Al principio a Frank, Liana y Seth les había parecido moralmente incorrecto, pero había sido la única solución para que Emily no perdiera su cordura.
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Doble Personalidad
Teen FictionAsiste a la escuela, estudia, tiene una familia y tiene que lidiar con las complicaciones de una vida adolescente. Lo único que la hace diferente es que carga con un problema mucho más grande que ella misma. Y es que tiene dos personalidades. Estu...