Capítulo 8: Cerca del ataúd

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Capítulo 8: Cerca del ataúd

La foto de perfil del chico que había conocido por azares del destino era uno de los principales signos de las religiones más profesadas en todo el mundo: un hombre atado por clavos a una cruz.
No le dio mucha importancia, por lo que bajó a desayunar en un domingo nublado y lluvioso. El clima estaba cada vez más loco.
Se respiraba un ambiente tenso en la casa, no había ni un ruido en el silencio, parecía que la misma casa expedia un aire tenebroso y solitario, en la cocina se escuchaba algunos platos siendo lavados por una sirvienta pero unos sollozos apagados atrajeron su atención sin poder llegar a la cocina, siguió los lamentos hasta el baño y cuando estuvo ahí, abrió la puerta lentamente.
La pequeña hermana de Matt, Renne yacía en una esquina del baño con la cara entre las piernas y sus brazos abrazando las extremidades, sus hombros cesaron las convulsiones y sus ojos se clavaron en Emily parada en la puerta.
-¿Qué quieres? -dijo la llorosa niña mientras se restregaba la cara con el dorso de su mano.
-¿Estas bien? ¿Te pegaste o algo? -preguntó Emily recordando los días en que el escondite era su único consuelo.
-Déjame sola -reclamó Renne apretando la mandíbula.
-¿Quieres que llame a Matt? -no podía dejarla sola como si nada pasara.
-¡Alejate! -gritó con lágrimas escurriendo.

Una mano se posó en su hombro y la alejó del baño.
-Emily... -Matt pronunció su nombre algo trabado.
Emily saltó hacia atrás ante la precencia de él, le inspiraba un miedo y una repulsión disgustante.
-Tu hermana te necesita -dijo Emily con frialdad alejándose de él.
-Lo se. Escucha...¿recuerdas que te dije que mi mamá estaba enferma?
No quería escuchar más. Esas palabras le llegaban al hígado, su simple tono de voz y forma de mirar le indicaban que algo andaba mal.
-El día de ayer -continuó Matt -, falleció.
-¿Qué? -dijo sintiendo una pena por la pobre Renne.
-Ella tenía diabetes y llegó el punto en el que... -no pudo seguir hablando.
Emily hizo un gesto negativo para ofrecerle la idea de no seguir hablando si no quería.
Matt tenía los ojos rojos y su rostro se desfiguraba de vez en cuando.
-Yo estaré bien. Pero ella no -dijo Matt señalando a su hermana menor que aún lloraba en silencio.

Emily podía sentir el dolor de ambos por la pérdida, pero lo que Renne sentía estaba muy por encima de Matt. Renne apenas era una preadolescentes a la que sin duda le haría falta una madre.
-¿Necesitas ayuda con algo? -se ofreció de corazón por Renne.
-Yo no, pero Renne si. Le vendría bien algo de compresión y amistad, por lo menos hasta que pase el de tiempo. Te entiendo si no lo haces, después de todo yo tendría la culpa.
Emily ignoró lo último, asintió y se acercó a la puerta del baño con cuidado.
-Hola -susurró sentándose en el frío suelo junto a Renne.
La niña la miró extrañada.
-No tienes que hacer esto si no quieres.
-El problema es que quiero hacerlo -le sonrió cálidamente y pasó un brazo por los flacos hombros de Renne.
De golpe, la niña se recargó en el pecho de Emily a vaciar sus penas con lágrimas.
-Aquí estoy -le susurró con tristeza por la pérdida de una madre.
Matt se acercó a ella y se arrodilló junto a la puerta, quedando a unos pasos de ellas.
-El velorio será en una hora.

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"Holy Cross Catholic Church" era el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia, una iglesia donde grande de color cantera con alargados ventanales y una cúpula detrás del altar.
La ceremonia duro varias horas, con el ataúd abierto y la madre de Renne y Matt a la vista de los presentes, acudió la familia de Matt todos de negro y sus rostros duros como roca, claro que no permanecieron así por mucho tiempo.
Los invitados dieron sus condolencias a la familia y la gente comenzó a retirarse.

Matt estaba junto al ataúd, iba bien trajeado y sus ojos no habían derramado una lágrima, a comparación de Renne, que era un torrente de agua silencioso.
Estaba sentada en una de las bancas de madera de la iglesia con su vestido negro de encaje.
Emily había decidido acompañar a la pequeña para estar a su lado mientras todo eso pasaba y ahí seguía, sentada junto a Renne en silencio.
-¿Ahora que voy a hacer? -musitó la niña -¿quién me llevara a la escuela, me ayudará con la tarea?
Emily tomó la mano de Renne entre la suya.

Doble PersonalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora