Capítulo 12: El beso de cabeza

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Capítulo 12: El beso de cabeza

Despertó con un dolor de músculos tremendo y la tentación le susurró quedarse dormida un rato más, por lo menos hasta que no se sintiera pegada a la almohada.
Pensó en faltar al gimnasio, después de todo era Domingo, era razón suficiente, ¿o no?
No, si lo dejaba para después sus músculos sufrirían más el ajuste de ejercicio.

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Cuando había ido a despertar a su madre, esta ni se había movido. Así que optó por ir sola.
Llegó al estacionamiento y aparcó el auto cerca de la entrada.
Una vez de dentro, se encaminó hacia la puerta de acceso donde la misma mujer con gesto irritado se posaba.
Pero al pasar junto al escritorio del hombre, este la llamó.
-¿Puedo ayudarla en algo? -el empleado pareció reconocerla.
-No...gracias -dijo tratando se seguir su camino.
-¿Su madre la acompaña? -preguntó el señor con un brillo en los ojos sin dejar de mirar a Emily.
Ella lo negó.
-¿Tiene su tarjeta, señorita? -formuló con un tono molesto.
-No... -dijo ella escuchando pasos detrás de ella.
-Entonces no puede entrar al club, le pido que se retire...
-Viene conmigo -dijo esa voz ronca.
Emily giró sobre sí misma para encontrarse con su entrenador, acompañado por un chico alto y delgado de ojos azules cubiertos por anteojos negros, además de unos gordos audífonos en torno a su esbelto cuello.
-Pueden pasar -gruñó el hombre.
Los tres caminaron hacia la siguiente puerta para entrar al club.

Seth tendió la tarjeta a la empleada y está asintió.
-Gracias -dijo Emily.
-Que sea la última vez -soltó Seth caminando con su acompañante.
<Que sea la última vez> una voz en su interior imitó a Seth a modo de burla. Emily siguió caminando alerta a próximas palabras ajenas en su mente.
-Soy Robert -se introdujo el acompañante de Seth.
-Emily -dijo ella tomándole la mano a forma de saludo.
-Vamos -los llamó Seth, que los vio detenerse para saludar.
Robert dedicó una mirada cómplice a Emily y ella sonrió sabiendo a que se refería: el carácter de Seth.

Robert parecía un lindo chico, con el pelo rubio en una cresta y sus ojos azules. Además de sus lentes de pasta negra resaltando su blanquecina piel.
Recorrieron todo el club hacia el gimnasio, sin parar.

Entonces alguien chocó con Emily.
-¡Fíjate por donde caminas... -exclamó una chica pero al ver a Emily se detuvo.
-¡Emily! -exclamó Anais sonriéndole ampliamente.
Se oyó un quejido detrás de Anais, seguido de otro.
Al parece dos cuerpos más habían chocado con su amiga.
-Muévete Ana -se quejó una.
-Rápido Gabi -gruñó otra voz más atrás.

Anais abrió paso a dos adolescentes más, una morena y otra de piel blanca.
-Ella es Gabriela, Gabriela, ella es Emily.
Emily estrechó la mano con Gabriela, de tez morena, su ropa deportiva acentuaba su delgada figura
-¡Vamos Emily! -gritó Seth a lo lejos.
Ella hizo una seña con los dedos para pedir tiempo.
-Y Emily, ella es Sasha, Sasha, ella es Emily.
-Mucho gusto -se saludaron.
Sasha tenía una gran sonrisa dibujada en su rostro, además de una nariz respingada y fina, de cabello marrón y largo, era casi de la misma altura que Gabriela.
Sasha parecía menos penosa de lo que Gabi aparentaba, pero seguro sólo era que se acababan de conocer.
-¿Desayunamos juntas? -propuso Anais con evidente emoción.
-Me parece bien -acordó Gabi.
-Claro -dijo Sasha con una sonrisa.
-Entonces nos vemos en la cafetería -finalizó Emily.

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-Vas a trabajar el doble por llegar tarde -dijo Seth.
-Pero...
-Empieza ya -le ordenó con tono firme.

Y así lo hizo, corrió el doble, levantó poleas, mancuernas, hizo lagartija y abdominales como una loca. Mientras Seth charlaba con Robert.
Cuando Emily levantaba su torso podía ver a Robert, le llamó la atención la cruz que llevaba colgada a cuello, como lo hacia Seth. Sus ojos azules, su altura, su sonrisa, en resumen: todo él le llamaba la atención.
Cuando terminó, miró su reloj: 10:07
¡Había estado en el gimnasios dos horas!
<¡El desayuno!> recordó.
-¡Nos vemos! -exclamó apresurándose a la salida.
-¿Vas a ir a la iglesia? -preguntó Seth mirándola desde su lugar.
-Ah, claro -dijo no muy convencida y salió.

Doble PersonalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora