Doble Personalidad

Capítulo 9: Un favor

Capítulo 9: Un favor

Lo primero que vio al abrir los ojos fue a la pequeña Renne en posición fetal y las sábanas arrejuntadas al final de la cama.
Emily se levantó adolorida del sillón y la tapó hasta el cuello con la manta azul, después tomó un baño caliente y bajó a desayunar.
En la barra había una nota escrita en un papel cualquiera:

"Estaré fuera todo el día, ¿podrías cuidar de Renne?
Matt"

Su respuesta mental fue si, apenas saliera del instituto regresaría a casa junto a Renne. Sentía cierta empatía hacia la recién convertida en huérfana en esos momentos, con Matt como único familiar y un padre igual de desaparecido que el de Emily.
Con un dolor de cuello, abandonó la mansión en su coche y la música acompañándola en el inicio de la semana.

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El imperdonable maestro tuerto avanzaba entre los pasillos formados por los mesa-bancos y en su recorrido iba repartiendo los exámenes de su tediosa materia.
Emily recibió un seis bien marchado en rojo por sobré las letras impresas del examen.
No se lo podía creer, ¿cómo que había reprobado?
<Reprobé química, reprobé>
Se sentía decepcionada de sí misma y apenas era lunes, sería sin duda una semana larga.

Algunas veces pasaba que Emily debilitaba su conciencia de la realidad y su mente se detenía de pensar, sus ojos se concentraban en un punto fijo pero no veía, ni oía, menos pensaba.
Su otra personalidad aprovechaba esa debilidad para entrar en acción y apoderarse del cuerpo.

Renne miró al salón parpadeando y al ver su calificaciones alzó las cejas.
<Emily, Emily> pensó refiriéndose a su otra personalidad, la personalidad dominante.
Tal vez debería de quedarse por un tiempo y tomar el control de las riendas.
-...Emily, te estoy hablando -dijo el maestro parado frente al pizarrón.
Renne sacudió levemente la cabeza y esbozó una leve sonrisa.
-¿Todo bien?
Se limitó a asentir.

Abril sabía que era lo que ocurría, acaba de llegar Renne, porque Emily no sonreía así.

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Renne salió del instituto con la mochila cargada a un hombro y un libro en la mano, recordando donde había dejado el auto.
Ya era hora de relajarse un poco y aflojar el estilo de vida de Emily, no le vendría mal un cambio...
-...Emily! -exclamó su pelirroja amiga detrás de ella.
Renne se dio media vuelta.
-Emily no esta -soltó Renne con su pícara sonrisa.
Abril no puedo evitar retroceder y sentir un escalofrío al escuchar eso, a veces sentía que Renne era un tipo de demonio que se apoderaba de Emily.
-Quiero hablar con ella -exigió algo incómoda.
-Ahhh -bufó exasperada -, ella no volverá en un buen rato, ¿sabes?
-¿Le podrías decir que necesito hablar con ella? -comenzaba a asustarse.
-¿Qué harías si te digo que Emily se marchó para siempre? -contestó Renne alzando las cejas, divertida.

Ahora si se había quedado en blanco, ya no tenía nada que decir. Por una parte se sentía estúpida al hablar con el cuerpo de su amiga pero la personalidad de Renne.
-Quiero ver a Emily -exclamó fastidiada y desesperada.
Renne se quedó en silencio como si estuviera escuchando algo en su interior, fingiendo que una voz interior le hablaba.
-No esta, no la encuentro -levantó los hombros y giró sobre si misma para marcharse.

Abril se sentía impotente ante Renne. Jaló a Renne del hombro y esta se volteó con brusquedad.
-¡No me toques! -exclamó empujando a Abril por las escaleras del instituto.

Los presentes fueron testigos de como la pelirroja adolescente rodaba por las escaleras de pavimento hasta terminar inmóvil.

Renne sacudió la cabeza por lo que acababa de hacer y Emily volvió. ¿Qué demonios había pasado?
Corrió hasta Abril cuando la vio derrumbada e inconsciente en el suelo y varios chicos se habían reunido en torno a ella, asustados.
-¡Llamen a una ambulancia!