Capítulo 17: El retrato

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Capítulo 17: El retrato

El día anterior le había llegado un mensaje de Mason donde le decía que la extrañaba y quería verla ese mismo día, pero ya era tarde para salir, así que apuntaron su cita para el día siguiente. El lugar de la cita había rondando entre ver una comedia romántica o ir a cenar. Las dos ideas propuestas por Mason.
-Vi el clima de mañana, y parece que será de los días más calurosas en la temporada, ¿quieres ir a nadar? -había dicho él.

¿Qué chico revisaba el clima para una cita?
Ni loca iba a nadar con él, simplemente ni se lo pensaba. Por eso quedó impactada con ella misma cuando dijo que si.
-Conozco unas piscinas en el LifeTimeFitness, ¿quieres ir ahí?
Y casi le da un infarto cuando aceptó la oferta. Pero a pesar de todo, colgó la llamada con una sonrisa y sabía que Mason también lo había echo.

Le había costado conciliar el sueño ese día, su descanso había perdido horas entre el recuerdo de la mirada de Seth, la invitación de Mason y la incómoda charla con Frank. Tampoco podía sacar de su mente el hecho de que tenía dos medios hermanos. Al final cayó dormida en medio de pensamientos y ronquidos de Brooklyn.

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Era momento de una decisión: ¿qué ponerse para la cita?, considerando que iría a nadar. Paseó su mano por los trajes de baño completos y varios bikinis que su madre le había comprado, no recordaba cuando había usado uno por última vez, quizás a los catorce o quince años. Que bellos días aquellos que no había de que preocuparse por que usar para no cocinare con el calor.

Regresó su atención al guarda ropa. Sacó una de esas camisas de natación, de manga corta, en color azul y negro, acompañado por un short de natación; era eso o no iba, así de fácil.

Una cosa más a considerar: no podía llegar vestida así.
Se puso una camisa blanca y jeans grises.

Pero cuando iba a abandonar la casa, Liana la detuvo.
-Ven acá -soltó desde la sala.
Emily cerró la puerta y profirió un bufido.
-¿Qué traes puesto abajo? -preguntó su madre, sentada en el sillón café con una revista entre las manos y la mirada arrugada.
-Mi ropa interior...
Liana negó en un gesto de desaprobación.
-Vamos arriba.

Emily siguió a su mamá por las escaleras, hasta su habitación, era la más amplia de toda la casa, una cama larga adornada con dos mesas de noche a los lados. La habitación tenía un acabado en café y azul.
-¿Vas a nadar?
-¿Cómo sabes?
-Tengo mis contactos...no, dejaste la puerta de tu cuarto abierta -soltó una risa seca.

Liana abrió una puerta corrediza en su guarda ropa, estaba atestada de piezas de baño de todo tipo.
-Que no se te ocurra...
-Ponte este -dijo Liana sacando un bikini que se amarraba al cuello en vez de usar tirantes en color turquesa y unos calzoncillos negro con un moño.
-Precioso -dijo Liana admirándolo.
-Jamás -atajó Emily.
-Entonces este.

Liana sacó otro de tirantes estrechos, era color amarillo fosforescente, adjunto con sus calzoncillos blancos y delgados.
Emily negó con la cabeza.
-Que exigente -se quejó Liana en susurro.

La próxima pieza consistía en un top en color rosa fuerte con tiras de tela colgando, sin tirantes, poco abajo del busto, en conjunto con calzoncillos del mismo color.
-Creo que no iré.
-¡Pruébatelo!
Liana dejó a Emily en el vestidor para que se cambiara. No podía ir con Mason a nadar, ¿por qué había aceptado?, le llamaría y le diría que no podría verlo. Si, eso haría.
<¡No!> esa voz le gritó en su cabeza.

Emily miró el bikini en su mano. Tenía que admitir que era bellísimo, por una vez en la vida trataría de olvidarse de la pena que tenía, ¿qué era lo peor que podía pasar?

Doble PersonalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora