Capítulo 34: Grace... y más Grace

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Capítulo 34: Grace... y más Grace

El bote se mecía en el agua según los designios del gran lago, donde más canoas paseaban a sus anchas, era sencillo divisar a quien tenía problema remando, y quien lo tenía dominado.

Emily tragó saliva al ver la animada platica que se estaba dando entre Seth y esa chica de cabellos rojizos.
—Te veo algo inquieta... —tanteó Grace frente a Emily.
La joven volvió su mirada y retomó los remos. Se limitó a mantenerse callada.
—Seth es tu primera pareja, ¿cierto?
Ella le dedicó una mirada y asistió. Grace soltó una breve risilla, cosa que no agradó del todo a Emily.

Para empeorar la situación, los remos no cooperaban. Cada que intentaban avanzar en una dirección, el despreciable pedazo alargado de madera se volteaba o se les iba de las manos. Emily se preguntó cómo le estaría yendo a los demás.
Por lo pronto, ella podía decir que prefería meter la cabeza al agua para amortiguar la voz de Grace en sus oídos.

De vez en cuando la mujer la estudiaba con gesto superior. Emily se rindió y dejó sus remos recargados en el borde de la canoa. Realmente no se preocupaba por hundirse, siempre y cuando Grace también se llevara una probadita de agua.
—No hablas mucho... —observó Grace.
Emily cruzó las piernas. Si el día Lunes de la semana fuera una persona, seguramente se trataría de Grace; fastidiosa y con la única misión de arruinar la semana.
— ¿Qué opina tu mamá de que hayas venido con nosotros?
—Que está bien.
—Ah...

Segundos tras segundo Emily se fatigaba más de tener en frente a esa mujer. Así que tomó la decisión de remar para pasar el rato. Pues entablar conversación con ella no era una opción.
—A la derecha, a la derecha —exigió Grace.
<A la izquierda será> pensó evitando reírse.
— ¡No! ¿Qué haces? —se quejó la esposa de su padre.

Una batalla de remos se inició entre ellas, cada una tiraba a donde creía conveniente. Los que pasaban cerca de ellas no podía ocultar sus risas al ver a dos mujeres quejándose por el control de los remos y soltándose uno que otro golpe flojo.

— ¡Deja de avanzar! —exclamó Grace haciendo muecas al intentar arrebatarle el remo.
Emily retrocedió hasta terminar acostada boca arriba con el remo bien sujetado con piernas y brazos. La mujer soltó una maldición por lo bajo y se encimó sobre ella con el fin de arrebatarle la pala.
— ¡Dame... eso!

Evidentemente, el peso de ambas en un extremo de la canoa terminó con volcar la pequeña embarcación. El agua salpicó de aquí allá y los gritos de Grace se ahogaron con el agua colándose por su boca y nariz.
Desde lejos, la patrulla dio la alarma de "hombre al agua"

Emily salió a flote con el remo aun entre sus manos. Grace tardó un poco más en subir a la superficie.
— ¡¿Ves lo que has hecho?!
Esta vez, la joven no pudo contener su sonrisa.
— ¡Y todavía te ríes!
Entre las dos voltearon el bote con el fin de sostenerse.
—Ya veo porque Frank se divorció de Liana. Tú y tu madre no son más que problemas —espetó chorreando agua.
Grace se limpió el rostro que con gesto asustado y molesto.
—Si, por lo menos mi mamá no es una psicótica que le teme al agua.
— ¡Ja! Tu mamá ya quisiera ser yo.
Emily no refrenó su risa burlona. A juzgar por la seriedad de Grace, cada vez se enojaba más.
De un momento a otro, la mujer se montó en la canoa y saltó hasta ella con los brazos estirados directo a su cuello.

Ya no había vuelta atrás, o le dábamos paso a Renne, o la pobre chica moriría ahogada.
La pareja de su padre trató de hundirle la cabeza en el agua, Emily manoteó luchando por alejarla. Ahora comprobaba que la esposa de su padre si estaba algo chiflada. Entre gritos agudos y chapoteos, Grace se sorprendió al recibir un fugaz golpe de parte de la joven, cosa que la paró en seco.

Ambas se miraron mientras flotaban, la canoa había quedado unos metros lejos.
— ¡Que estrés contigo, mujer! No se pueden convivir a gusto —gritó Renne.
Grace no tuvo tiempo de contestar, puesto que la patrulla llegó en una lancha y de inmediato las ayudó a auparse.
No tardaron ni un minuto en volver a la orilla. En el camino, ninguna se dignó a dirigirse la palabra.

Les retiraron los chalecos y les brindaron toallas secas. Grace tomó su camino aparte de Renne con recelo.
Era cierto que Liana no era una madre responsable, ni del todo centrada en sus labores maternales... pero no intentaba ahorcar personas.
Renne no dejó de mirar la silueta de Grace alejarse hasta llegar a donde Frank. Sin lugar a dudas le estaba dando la queja.
Distinguió el rostro incrédulo de su padre. Entonces él la volteó a ver desde lejos.

Renne bufó, giró en redondo mientras cruzaba los brazos y comenzó a caminar en el linde del lago. De vez en cuando miraba por encima del hombro; apresuró el paso al ver que Frank se acercaba hecho una furia.
Sólo pudo entrecerrar los ojos al sentir la pesada mano del hombre hacerla darse media vuelta.
— ¿Por qué hiciste eso a Grace? —inquirió con los ojos cual platos.
Renne torció la boca.
—Antes de que te me eches encima justo como la loca de tu esposa hizo, quiero...
— ¿Se te que...
—Se me echó encima, por eso la canoa se volteó.
—Pero ella me dijo que tú...
—Y le vas a creer a ella. No hay problema.
Renne se resignó y le dio la espalda a su padre. Los recientes eventos (incluyendo el contacto con la pareja de Emily) la mantenían algo decaída. Ahora mismo no le apetecía meterse en discusiones interminables.
—Explícame qué pasó —pidió él, cortándole el camino.
Luego de relatarle su experiencia con Grace; Frank parecía menos molesto.

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