Capítulo 28: Cuchillo en mano

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Capítulo 28: Cuchillo en mano

Una mano la sostuvo antes de que se golpeara nuevamente, tenía suficiente con lo que ya había recibido. Se tambaleó entre los brazos de Mason unos segundos y le costó tiempo recuperar el aliento perdido.

-Vamos, te ayudo a bajar.

-No me toques -se quejó en un hilo de voz.

-Volverás a caer.

Sin poner más réplicas u oposiciones, bajaron escalón a escalón hasta el territorio del botones anciano. Apenas puso un pie ahí, se zafó del agarre y cayó sobre un abultado sillón oscuro.

-¿Te sientes mejor?

Le hizo un gesto negativo al momento que inspiraba una fresca bocanada matutina. Se había mareado en el transcurso del descenso.

-Gracias, Mason -dijo antes de torcer -. Pero no te quiero volver a ver, ni yo, ni Renne queremos nada contigo.

El gesto de él se apagó.

-Emily, discúlpame. Es la última vez.

Lo negó con la cabeza y bajó la mirada.

-Llego tarde. Adiós.

Se impulsó fuera del sillón a la salida de los condominios. Se paró de golpe al recordar que no tenía auto. Le vino a la mente llamar un taxi pero sólo de pensarlo sufría un escalofrío por todo el cuerpo. Tampoco tenía mucha disposición a tomar un transporte público; considerando el reciente mareo.

Lo mejor sería caminar al instituto, ayudaría a pensar en lo que constataba a Mason y tomar aire "limpio" le sentaría muy bien.

Avanzó palmo a palmo por la banqueta poco transitada, a comparación de la calle donde autos iban y venían a tempranas horas de en la mañana. Los bocinazos automovilísticos era el sonido distintivo de la ciudad.

No quería ni imaginarse la que iba a armar Renne cuando apareciera. Sacó esa idea de su cabeza, por lo que su doble personalidad le trasmitía; el amor que le profesaba a Mason era ciego y en cantidades grandes. No podía dejar de pensar que Renne era sólo producto de su imaginación, una mezcla de sentimientos negativos atados a ella. Pero le parecía tan real que aveces tenía la necesidad de quererle hablar en persona. Incluso conocerla más a fondo. Se preguntaba en que momento había nacido Renne en ella, ¿cuál habría sido su reacción al sentirse nueva en un cuerpo ya existente? ¿tendría la misma curiosidad sobre ella? Preguntas difíciles de contestar. Entonces tuvo una idea: escribir sus duda para que su doble personalidad las respondiera... podría llegar a ser escalofriante leer lo que Renne contestara, pero valía la pena correr el riesgo.

El semáforo se pinto de verde y los autos avanzaron en automático, como jalados por cuerdas invisibles.

Tenía que verle el lado positivo de decirle adiós a Mason. Ahora podría sentirse más cómoda con Seth y tal vez Renne pudiera cambiar su punto de vista sobre él. Cabía mencionar que él aceptaba a ambas como una sola, cosa que Mason no; sin embargo, muchas dudas contraatacaban las buenas posibilidades.

¿Y si Renne se enamoraba de Seth? ¿qué tal que Seth prefiriera a Renne por sobre ella?

No valía la pena matarse pensando las respuesta.

El camino se le antojaba infinito, no veía la hora de llegar al instituto. Quería regresar el tiempo al momento que había dormido con Seth. Se animó a no detenerse. Ahora que se analizaba a ella misma; quería soltar lágrimas por no sentir la protección de la que gozaba al estar con él. Dejó salir un quejido lloroso y absorbió su nariz.

Al escuchar los pitidos de un auto detrás de ella; giró la cabeza y su rostro se endulzó al reconocer la melena rojiza de Abril.

-¿A dónde vas? -preguntó ella, bajando la ventana.

Doble PersonalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora