Fuego Cruzado | EMPE #2 | Stiles Stilinski

38. Hasta el anciano lo sabe

Mia

―Debo ver al médico forense y averiguar qué le sucedió a Jackson. Hay una orden de búsqueda para Stiles. Su jeep aún está en el aparcadero, es decir... no sé qué quiere decir. Si contesta su teléfono o su correo, si alguno de ustedes lo ve... ―nos dijo el señor Stilinski, sus ojos cada vez se ponían más brillosos.

―Te llamaremos ―respondió Isaac.

―Seguramente está asustado por toda la atención ―dijo Scott, tratando de calmar al papá de Stiles.

―Tal vez está en algún lado celebrando... ya saben... las chicas se vuelven locas por las estrellas del lacrosse ―dije, pero me arrepentí de inmediato, eso sonaba terrible, más aun viniendo de mí.

El papá de Stiles sonrió, al menos logré alegrarlo, ¿no?

―No creo que quiera estar con una chica que no seas tú.

Su comentario hizo que me sonrojara.

―Lo encontraremos ―dijo Scott.

El alguacil asintió. ―Sí. Nos vemos ―luego de decir eso, se alejó de nosotros, desapareciendo en el vestidor de hombres.

Sí, ahora mismo estamos en el vestidor de hombres. No debería estar aquí, pero, la verdad no creo que nadie se haya percatado de ello. Han pasado muchas cosas hoy.

―McCall ―llamó el entrenador, él se acercó a Scott―. Te necesitamos en el equipo, ¿sí? Sabes que no puedo hacerte jugar la próxima temporada si no subes tus calificaciones.

―Sí, lo sé entrenador ―respondió Scott.

―Sé que grito mucho, pero no es porque los odie. Bueno, odio a Greenberg, pero eso es diferente. O sea, es Greenberg ―al decir eso, no pude evitar reír, Scott tampoco―. Solo digo que... te necesito en el equipo. Mejora tus calificaciones.

―Lo haré ―aseguró Scott, su mirada completamente seria.

―Lo sé ―asintió Finstock mientras se iba del vestidor.

― ¿Se fueron todos? ―preguntó Scott.

Isaac se asomó por todos lados y luego dijo―: Creo que sí.

Inmediatamente, Scott cogió la puerta del casillero de Stiles y la lanzó a un lado. Ventajas de ser un hombre lobo. Sacó un par de prendas de Stiles, para poder buscarlo por olfato.

― ¿Vas a encontrarlo con tu olfato? ―preguntó Isaac.

―Sí ―respondí―, los dos lo van a hacer. Mientras, voy a tratar de concentrarme en encontrarlo con visiones o lo que sea.

―No te presiones, Mia, lo encontraremos rápido ―dijo Scott mientras le entregaba un zapato a Isaac.

―Pero, ¿por qué te toca una camiseta y a mí un zapato? ―preguntó Isaac indignado.

Rodé los ojos y cuando lo hice, noté a Derek en frente de nosotros. ¿Cómo hace para aparecer de la nada y sin hacer el menor de los ruidos?

―Más que lobo, pareces un sigiloso minino ―murmuré.

―Oí eso ―dijo él. Luego vio a Scott―. Tenemos que hablar.

Atrás de él apareció un señor algo mayor, el mismo que estaba en el primer sueño/visión que tuve. Él debe de ser Peter. Ese es el maldito que me atacó.

―Todos nosotros ―dijo él.

―Espera un momento, que yo sepa, ese anciano debería estar muerto ―dije molesta―. ¿Por qué está aquí? ―miré hacia Derek.