10. Pista de hielo

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Mia

Conocer a la familia de Allison era extraño. Ya había conocido a su papá, mamá y a su difunta tía, pero cada una de esas ocasiones fue rara. Ellos desprendían una vibra que me ponía incómoda. Y eso que el miembro de su familia que más confianza me daba era su papá, imaginen lo terrible que fue conocer a su mamá y tía. En especial su mamá, parece un sargento asesino o algo así. Tiene una mirada que... me dan ganas de salir corriendo solo al verla.

Lo siento Allison, pero tu familia da miedo. Incluso su abuelo, a quien acabo de conocer. Él no dejaba de analizarnos a Lydia y a mí, aunque nadie parecía percatarse de ello. Su abuelo siempre tuvo una sonrisa en el rostro mientras nos hablaba, pero algo me decía que solo era una fachada.

Ahora estábamos en el cuarto de Allison, me había echado boca abajo sobre su cama mientras que Lydia estaba en el sillón al frente tomándose fotos.

― ¿No deberías de ponerte algo mejor? ―me preguntó Lydia.

―Estoy usando un par de jeans y un polo de manga larga, eso es lo mejor que me puedo poner. ―Así estaba cómoda, Lydia solo trataba de hacerme poner algo más "lindo".

―Mia, vamos a salir y Stiles va a estar ahí ―dijo ella―. Deberías de ponerte algo más llamativo.

―Exacto ―dijo Allison― así que hemos preparado un conjunto lindo para hoy.

Siento que ambas están conspirando contra mí.

―Te he dicho que no voy a cambiar solo porque me gusta Stiles.

Eso de que tus dos mejores amigas sepan que te gusta un chico, no es bueno, al menos no cuando las dos quieren cambiarte.

―Un par de prendas no van a hacerte cambiar, Mia ―Lydia se puso de pie y caminó al armario de Allison. Sacó un vestido amarillo pastel de manga larga―. ¿Te gusta?

―No me lo voy a poner ―sí me gustaba el vestido, pero no lo admitiría.

―Déjame convencerla ―dijo Allison. Se acercó a mí y susurró en mi oído―. Sé que amas ese vestido, lo ves como si fuera Stiles. Así que a menos que quieras que me ponga del lado de Lydia en todo eso del makeover, te pondrás el vestido.

―Te has vuelto un engendro del mal ―le dije.

Ella rio y negó con la cabeza. ―Solo póntelo.

―Bien, bien, lo haré.

La verdad es que sí quería usarlo, era lindo.

El vestido se ceñía a mí, pero quedaba suelto al final, así que cuando daba vueltas se alzaba como una campana, me sentía una niña.

―Ponte esto ―Lydia estaba emocionadísima, me dio unas pantis del color de mi piel y me las puse. Luego me dio unas botas altas, por suerte no tenían tacón, así que sobreviviría―. Creo que te está empezando a gustar el juego de las Barbies, estás sonriendo.

Miré mi reflejo en el espejo, sí, estaba sonriendo.

¡Ay no! Ahora Lydia no dejará de fastidiar.

―Solo no quiero que se haga repetitivo. Últimamente estás jugando bastante ―le dije.

―Sí, pero solo porque tú me dejas ―dijo guiñándome el ojo y volviendo a sentarse sobre el sillón.

Alguien tocó la puerta, luego de dos segundos el papá de Allison entró.

― ¿Están de salida? ―preguntó viéndome.

―Estudiando ―respondió ella. Él le pidió que se acercara, así que dejé de oír lo que hablaban.

Lydia seguía tomándose selfies, así que yo exploré la ropa que Allison tenía. Era diferente a lo que yo usaba, pero tampoco era igual a lo que Lydia tenía. Era algo así como un intermedio. Un intermedio bonito, pero cómodo. Me gustaba su estilo, si algún día hago el estúpido makeover, querría usar algo así, algo intermedio.

Fuego Cruzado | EMPE #2 | Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora