Epílogo

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Mia

Lydia y yo estábamos en mi cuarto. Allison se había ido a Francia hace una semana, se supone que volvería para el siguiente año escolar. Ya le había perdonado todo lo que había hecho, ella en realidad no tuvo la culpa. La muerte de su mamá le afectó mucho, al igual que a mí me afectó la muerte de la mía.

En fin, Lydia y yo teníamos una tarde llamada "Nicholas Sparks". Teníamos una maratón de todas las películas basadas en sus libros. Como The Lucky One, The Notebook, A Walk To Remember, The Last Song, Save Haven, entre otras.

Ya íbamos en la mitad de The Lucky One, debo de agregar que Zac Efron se ve fantástico. Pero no tan lindo como Stiles. Es decir, Stiles tiene algo que aun hace que me ponga como una tonta cuando lo veo. Aun no me ha pedido que sea su enamorada, pero en dos días tenemos una cita, creo que ese día me lo dirá y estoy impaciente por ello.

―Deja de fantasear, estamos viendo a Zac ―me regañó Lydia.

―Lo lamento, estaba pensando en...

―...Stiles ―completó por mí―. Siempre piensas en él, aun no sé qué le ves.

―Eso es porque estás ciega.

―No estoy ciega, ¿has visto a Jackson?

―Más de lo que me gustaría... ―dije tratando de empujar la imagen de mini Jackson. Espero poder borrar esa imagen de la cabeza, porque me da pesadillas.

La película continuó, ninguna de las dos volvió a hablar. Cada vez que Zac salía en pantalla, las dos nos quedábamos embobadas.

― ¿Te imaginas que un chico así llegue al colegio? ―me preguntó Lydia.

No pude evitar imaginar esa situación.

―Sería bueno para nuestra salud visual ―dije riendo.

Justo en ese momento, la puerta de mi cuarto se abrió de golpe. Fue el donante de esperma el que irrumpió en mi cuarto... sin tocar...

―Mia, empaca tus cosas ―dijo.

Rodé los ojos.

¿Acaso cree que puede mandarme?

Sí, bueno, supongo que sí.

¡Maldito donante de esperma!

― ¿Por qué? ¿Nos vamos de viaje? ―le pregunté, pues las vacaciones de verano habían empezado hace exactamente una semana. Justo cuando Allison se fue.

―Nos mudamos ―respondió.

Él no había entrado a mi cuarto, solo se quedó parado bajo el marco de la puerta.

― ¿A dónde? ―le pregunté―. Me gusta esta casa, aquí vivimos con mamá. ¿Has encontrado una más cerca de la escuela o más lejos...?

―Nos mudamos a Londres ―respondió antes de que pudiera acabar mi pregunta.

Fue como si el tiempo se hubiese detenido, aunque, en realidad, no pasó ni un segundo.

― ¡¿Qué?! ―gritamos Lydia y yo al mismo tiempo.

Ella estaba igual de sorprendida que yo.

―No puedo ir a Londres, mi vida está aquí ―le expliqué.

―No te estoy preguntando, Mia. Solo te informo. Nos vamos en dos días, así que apúrate en empacar y en despedirte de cualquier amigo que puedas haber conseguido.

―Pero... ―empecé a decir; sin embargo, mi papá ya se había ido.

💛

Fuego Cruzado | EMPE #2 | Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora