La alarma suena a las ocho de la mañana y gruño antes de golpearla y girarme en la cama, pero ya no puedo volver a dormirme, así que me levanto.
Voy a la habitación de Noah para despertarle, ya que hoy es lunes y es su primer día de escuela.
-Noah, es hora de levantarse -digo, sentándome a un lado de su cama y sacudiéndolo levemente por los hombros.
Él suelta un pequeño gruñido y se tapa con las sábanas hasta arriba. Si aún va a parecerse a mí y todo.
-Vamos, hay que ir a la escuela -insisto, empezando a perder la paciencia.
-Mmh, no -murmura.
-Noah -digo, en tono de advertencia.
-Tego zueño -se queja.
-Yo también, pero tienes que ir a la escuela.
-¿Escuela? -pregunta, abriendo los ojos lentamente y parpadeando un poco para acostumbrarse a la luz.
-Sí, escuela.
Él sólo sonríe y sale de la cama. ¿Qué está mal con este niño?
-Vístete y sal a desayunar cuando acabes -le ordeno y salgo de la habitación.
Salgo al balcón y me empiezo a liar un cigarro. No he ni terminado de liarlo cuando Noah aparece en el balcón desnudo. Suerte que no hay demasiada gente a estas horas en la calle.
-Mierda, que no sabes vestirte -recuerdo de repente y hago entrar al niño.
Le visto con la ropa que ayer saqué de su maleta y puse en una cómoda y, cuando hemos terminado, le hago un bocadillo de Nutella para desayunar y se lo come por el camino hacia la escuela.
Llegamos allí a las nueve, y me extraño al ver que no hay nadie entrando. Entramos en el edificio y somos recibidos por una secretaria con cara de no haber echado un polvo en años.
-La entrada es a las ocho y media -gruñe, mirándonos con fastidio.
-Mire señora, yo hago lo que puedo, y ni siquiera sabía a qué hora se entra -contesto, molesta por su actitud de mierda.
-¿No se ha leído los papeles?
-No tengo papeles -contesto-. Los debe tener su padre.
-¿Su marido? -pregunta, y suelto una carcajada.
-No, mi padre -la corrijo-. Yo no soy la madre de Noah, soy su hermana.
-Gracias al cielo -murmura en voz baja, pero consigo oírla. Estúpida-. Entonces, ¿cómo se llama el niño?
Se lo acabo de decir, señora, pienso, rodando los ojos.
-Noah -contesto-. Noah Smeed, supongo.
-¿Supones? -pregunta, levantando una ceja.
-Es una historia larga, usted busque Noah Smeed -gruño, cansada de sus preguntas.
En realidad yo supongo que Noah lleva el apellido de mi padre, y no el de la estúpida rusa.
-Sí, Noah Smeed, aquí está -dice la recepcionista-. P3, clase de los peces.
-¡Peces! -exclama Noah con una gran sonrisa.
-Vale -digo-. ¿Está apuntado al comedor?
-Sí -contesta, volviendo a revisar los papeles, y suspiro aliviada al saber que no voy a tener que ir a buscarlo a la hora de comer.
-Por cierto, ¿dónde está su mochila? -pregunta la recepcionista, que no sabe cuando callar.
Mierda, la puta mochila.
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Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]
RomanceHistoria ganadora de la 1ª edición de los WOW Awards en la categoría "Romance" A sus veinte años, Alice está descontrolada. Hace tiempo que ya no tiene nada que perder, así que solo se dedica a salir de fiesta. Hasta que, un día, se entera de que su...