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A la mañana siguiente, me despierto a las diez y me encuentro a Noah dibujando en la mesita de su habitación, con su vaca de peluche sentada en la silla de al lado. Sí que se ha tomado a pecho lo de dibujar mucho.

-Hey, buenos días -saludo, y él levanta la cabeza hacia mí, percatandose de mi presencia.

-¡Hola Ali! -saluda entusiasmado. No sé de dónde saca tanta alegría este niño, es como si siempre fuera feliz. Siempre que no le niegues un helado, claro está.

Le preparo a Noah una taza de leche con cereales para desayunar, y se lo come mientras me habla de los animales que vimos ayer.

-Los popófamos fenían una foca muy frande... Y mufos fientes -dice mientras come.

-Noah, si hablas con la boca llena no te entiendo -le explico justo antes de morder mi tostada.

Él me ignora y sigue hablando de hipopótamos, jirafas y osos panda.

-¿Qué quieres hacer hoy? -le pregunto cuando termina su monólogo sobre si las cebras son blancas con rayas negras o negras con rayas blancas.

-Mmm... Sophie va al padque los momingos -recuerda-. ¡Quelo ir al padque!

-No seas acosador, hombre, deja que la niña te eche un poco de menos -ruedo los ojos-. Así no se liga, Noah.

-¿Uh?

-Nada, déjalo.

Así que al final terminamos yendo al parque -yo supongo que el parque al que Noah se refiere es Hyde Park- y, al cabo de pasear durante un buen rato por el enorme parque, nos encontramos a Sophie.

-¡Noah! -grita la niña en cuanto nos ve, emocionada.

-¡Sophie! -grita Noah de vuelta, corriendo hacia ella.

Y, evidentemente, Liam también está aquí.

-Hey -saluda él.

-Uh, hola -contesto, sin darle demasiada importancia.

Durante la siguiente hora, Liam y yo permanecemos sentados en un banco mientras Sophie y Noah juegan y ríen como locos. Yo me dedico a leer un libro y Liam garabatea no sé qué en una libreta, pero tampoco es como si me importara mucho.

Bueno, en realidad me da un poco de curiosidad.

-¿Qué lees? -pregunta Liam de repente, y le miro con una ceja levantada-. ¿Qué? Ya que estamos aquí, intento empezar una conversación.

-Está bien -digo-. Leo Peter Pan, ¿tú qué dibujas o escribes?

-¿Peter Pan? -pregunta, levantando una ceja.

-Es la versión original, es muy diferente de la película -contesto, encogiéndome de hombros-. Me gusta.

-Ah... Yo hago diseños de tatuajes -dice, contestando a mi pregunta de antes.

-¿Eres tatuador? -pregunto, repentinamente interesada.

-Sí -contesta con una sonrisa.

-¿Dónde trabajas?

-En un estudio de tattoos por Camden -dice-. Aunque ahora no hago demasiadas horas allí porque mis padres trabajan más y tengo que cuidar a Sophie.

-Oh, vaya.

-Es lo que hay -se encoge de hombros-. Y tú, ¿por qué cuidas de Noah?

-Um... Digamos que mi padre tiene un trabajo bastante importante y que ocupa muchas horas, y aun así junto con su mujer rusa les dio por tener un hijo -explico-. Y ahora que no quieren cuidar de él, me lo han enchufado a mí.

Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora