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Estoy sentada en uno de los sofás del bar, con mis piernas estiradas en la falda de Deena mientras ambas bebemos chupitos. Todavía no es ni medianoche y ya estamos bastante ebrias, pero es porque hemos quedado pronto. Kathy ha desaparecido hace poco con un chico y Diego seguramente estará pasando algo. A Deena y a mí no ha dejado la maría justa para hacernos un porrø y la coca justa para dos rayas, el muy tacaño.

Deena ya se ha hecho su raya y está bastante eufórica a mi lado, pero yo sigo delante de ésta mirándola, debatiéndome entre si esnifarlą o no. Hace un par de meses lo habría hecho sin pensarlo, pero ahora me vienen a la cabeza Noah, Louis, Nate e incluso Liam, y me siento incapaz de hacerlo, así que termino regalándosela a una chica que parece necesitarla más que respirar. Tampoco quiero acabar como esta chica, yo hace años tenía sueños y ambiciones, pero ahora ya no sé ni qué quiero, en ningún aspecto.

Veo a Frank -quien ha aparecido por aquí hace un rato, pero ni siquiera nos ha hablado- caminando furiosamente hacia la entrada, y es entonces cuando veo a Bianca entrar. Genial, lo que me faltaba. Empiezan a gritarse, como siempre, y noto a Deena tensarse a mi lado.

-Esta mujer es insoportable -escupe, mirando a Bianca.

-Pues sí -asiento-. Y Frank es un idiota por dejarse manejar así.

Es entonces cuando Bianca empuja a Frank y, antes de que pueda detenerla, Deena se levanta del sofá y va hacia donde están ellos. Lo único que veo desde mi sitio es a Deena empujando a Bianca, y ésta golpeándola en la cara de vuelta. Me levanto del sitio y voy hacia ellos, enfurecida y hasta los huevos de esa pija de mierda.

-¡¿Qué coñō haces?! -le grito a la rubia, y ella me mira con todo el asco del mundo.

-Marcar territorio delante de zorras como tú y la gorda ésta -dice, refiriéndose a Deena.

Al parecer tanto gimnasio, dietas y comida baja en calorías le han afectado al cerebro.

-¿Sabes? Me da lástima que tengas la autoestima tan jodida como para tener que ir amenazando a todos los que se acerquen a Frank -río.

-Y a mí me da lástima que tengas que ser tan perra con todo el mundo sólo porque tu padre pasaba de tí y tu madre os abandonó -dice con una sonrisa, sabiendo que así es la única forma de hacerme daño. O al menos lo era antes, ahora me importa una mierda.

-No hables de lo que no sabes -escupo.

-Bueno, sé lo que me ha contado Frank -contesta, y me giro hacia el mencionado echándole una mirada que espero que le dé a entender que no quiero volver a saber nada más de él en la jodida vida.

Así van las cosas conmigo: si la cagas, te vas a la mierda. No hay segundas oportunidades, ya me cansé de dárselas a gente que me trató como quiso porque era "buena". En realidad todos somos lo que los demás dejan de nosotros, nos forjamos para que no vuelvan a hacernos daño.

-Bien, pues podéis iros los dos a la mierda -digo-. Y Frank, esta es la última vez que me levanto por ti. Olvídate de mí, cobarde de mierda.

-Alice... -empieza él, pero yo ya he empezado a ir hacia la salida con Deena.

-Vaya mierda de noche -susurra Deena, sentándose en el bordillo de la acera donde está la entrada del bar.

-Tienes que olvidar a Frank -le digo, y ella me mira con los ojos llenos de lágrimas.

-¿Crees que no lo he intentado? Ya hace años que di por imposible que Frank se fijara en mí -suspira-. Voy a volver adentro, iré a buscar a Diego para olvidarme un poco de esta mierda, ¿vienes? Chris también está dentro.

Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora