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-Joder, esto está buenísimo -dice Deena, comiendo una de las magdalenas de arándanos que acaban de servirnos en el avión.

-No tiene mala pinta, no -contesta Liam, examinando su magdalena.

Toda esta interesante conversación la percibo vagamente, ya que estoy medio dormida, con la cabeza apoyada en el hombro de Liam. Pero entonces el avión hace un movimiento fuerte y me golpeo la cabeza contra el asiento de delante.

-¡Turbulencias! -exclama Deena, asustada-. ¡Hay que sacar las máscaras de oxígeno, ¿dónde están?!

-Alguien tendría que haberle quitado la serie Lost y todas las películas de accidentes aéreos que se ha tragado antes de venir -murmuro, frotándome la frente.

Me giro hacia Liam y veo como está claramente aguantando la risa. Joder, con la hostia que acabo de darme yo también me reiría, pero me duele.

-Ni un solo comentario sobre esto -le digo, y él niega con la cabeza, intentando ponerse serio.

Quedan todavía cinco horas de vuelo hasta Los Ángeles, y ya quiero tirarme del avión.

Le ofrecí a Deena que viniera con nosotros en el viaje, sé que ella está pasando por un mal momento y le iría bien despejarse. Además, ella siempre va bien como apoyo moral, aunque ya tenga a Liam. Llevo una semana bastante relajada, pero ahora van a venir problemas, y aunque siento que estoy preparada para ello, me da un poco de miedo.

— o —

La primera parada que hacemos es en el hotel donde dormiremos para dejar las maletas.

-¿No habréis pedido una habitación triple, no? -pregunta Deena-. Porque como os pongáis a follar en medio de la noche os juro que me tiro por la ventana.

-Claro que no, idiota -ruedo los ojos-. Tú vas a dormir sola y abandonada en una habitación.

-Mejor para mí -se encoge de hombros, pero se le escapa una sonrisa que indica que está bromeando.

Dejamos las cosas en las habitaciones y, aunque lo único que quiero es dormir, nos vamos al apartamento de mis hermanos, que queda a cinco minutos a pie del hotel.

-¡Alice! -exclama Nate en cuanto abro la puerta-. Si has venido y todo.

-No he venido a veros, que os quede claro -gruño.

-Ah, ese gruñido solo puede provenir de una persona -se oye la voz de Louis acercándose a la puerta-. Mi hermana favorita, ¿qué tal? Hey, hola Liam. Y, ¿Deena? -pregunta, extrañado.

-Sí, necesitaba un cambio de aires -dice ella, encogiéndose de hombros, pero el sonrojo en su cara la traiciona.

Debe estar temiendo que Louis empiece con sus frases de ligue. En fin, quién los entiende.

Entramos en el apartamento y nos sentamos todos en la mesa del comedor para elaborar un "plan de rescate" -o así le gusta llamarlo a Nate-.

-A ver, papá vive en Beverly Hills -dice Louis.

-Cómo no -digo, rodando los ojos. Ese idiota necesita estar rodeado de lujos y de gente famosa, o no le encuentra sentido a su existencia.

-No me interrumpas -me reprocha Louis-. La cosa es que podemos ir a hacerle una visita "amistosa" e investigar motivos por los cuales denunciarlo o amenazarlo, cosa que estoy seguro de que encontaremos a montones. Desde que no le hacen ni puto caso a Noah, hasta una asistenta de la limpieza que está resentida porque Ian se acostó con ella y luego la ignoró, o alguna mierda de esas.

Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora