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Maratón 2/3

Estoy tan jodida.

Esto no es lo que yo había planeado, yo estaba bien estando con chicos diferentes cada noche y saliendo de fiesta, no entiendo en qué momento llegó Liam y lo arruinó todo. Él es diferente, y me gusta. Nos pasamos el dia gritándonos y no nos entendemos en nada excepto en los tatuajes y el sexo, pero hay algo que me hace volver a él todo el rato, y parece que a él le pasa lo mismo. Y encima ahora Josh está de vuelta, presiento que se acercan tiempos de mierda.

Ayer pasé todo el día con Liam, estuvimos dibujando, teniendo sexo y hablando sobre música. Por la tarde fuimos al parque con Noah y Sophie y bueno, no estuvo mal.

-Ali, ¿puedo coger uno de eshos? -me pregunta Noah señanaldo con su dedo la pila de calendarios de Navidad que hay en la entrada del supermercado donde estamos, sacándome de mis pensamientos.

-Todavía quedan tres semanas para diciembre, Noah -contesto.

-Pofi -me pide, haciendo un puchero.

Nadie puede decirle que no cuando hace pucheros, y él lo sabe perfectamente. Es todo un manipulador.

-Está bien -suspiro, y él sonríe antes de salir corriendo hacia los calendarios.

-¿Por qué mierda les da por cambiar las cosas de sitio en los supermercados? Llevo como diez minutos buscando la leche -se queja Deena llegando con dos botellas de leche que mete en el carro de la compra.

Entonces se oye un pequeño grito infantil y un gran alboroto. Me giro hacia donde está Noah y veo que ha caído al suelo y tiene un montón de calendarios de Navidad encima y uno en la mano. Bueno, al menos ha conseguido coger uno. Me acerco corriendo a él y me mira, con su labio inferior empezando a temblar.

-No pasa nada, Noah, no es grave -le digo, intentando que no llore-. Nadie se va a enfadar contigo.

-P-pelo se ha caído... -dice en un sollozo.

-No pasa nada, ahora lo recogemos -contesto, y él asiente antes de levantarse, sin abandonar su expresión de tristeza.

Así que entre Deena, una de las trabajadoras del supermercado y yo, recogemos la pila de calendarios de Navidad bajo la mirada de Noah, quien sigue al borde de las lágrimas.

-Anímate un poco, Noah -le digo, sintiéndome mal por él. No me gusta verle así de triste, y menos por una tontería así-. ¿Quieres comprar chucherías?

Shi! -exclama, emocionado, y sale corriendo hacia la sección de chucherías.

Me río, negando con la cabeza, y le sigo. Este niño no tiene remedio.

— o —

Cuando volvemos a casa, después de que Noah haya atracado media sección de chucerías y otra media de bollería -he tenido que pararle porque, aunque tenga dinero para pagarlo todo, no creo que sea demasiado bueno que él coma tanto chocolate y azúcar-, el pequeño se queda dormido en el sofá mientras mira Dragon Ball, y yo me siento con Deena en la mesa a tomar un té.

-Deberías hablar con Frank -comenta Deena tras dar un sorbo a su té verde.

-¿Hablar de qué? -pregunto, levantando una ceja-. Ya quedó todo claro, él eligió a esa perra por encima de nosotras y le contó cosas privadas mías, puede dar gracias de que le dirija la palabra.

-Él está volviendo a ser el que era, Als, ya no está con Bianca.

-Sí, a ver cuánto tarda en volver con ella como el arrastrado que es -bufo y ella baja la mirada, dolida.

-Alice, Frank y yo nos hemos acostado... Y varias veces -murmura y la miro, sorprendida-. Lo sé, no hace falta que me digas nada, sé que probablemente solo está haciendo esto para olvidar a Bianca pero ¿qué voy a hacerle? Le quiero.

-Bueno, parece que sí voy a tener que hablar con él -suspiro-. Y ¿quién sabe? También puede que él haga esto porque quiere, Bianca no tiene por qué tener nada que ver.

Siento ganas de golpear a Frank porque, aunque no lo diga, yo quiero a Deena y no quiero que lo pase mal.

-Ya... Entonces, ¿cómo va con Liam? -pregunta, queriendo cambiar de tema.

-¿Cómo va el qué? -me encojo de hombros.

-Vamos, Alice, todos sabemos que Liam no es uno más.

-No he dicho que lo fuera, pero tampoco es como si estuviéramos saliendo.

-Pero te gusta.

-Sí, supongo que sí. Es diferente, con Liam es diferente. Sé que suena muy de película cutre, pero con Liam he descubierto lo que es hacer el amor. Y no digo que estemos enamorados, no lo estamos. Para hacer el amor no hace falta estar enamorado, y tampoco consiste en hacerlo lento y con pétalos de rosa adornando la cama. Es más un tema de disfrutar con el placer del otro. Antes yo cuando tenía sexo con alguien iba a buscar mi propio orgasmo, y la otra persona el suyo, pero con Liam no es así, disfruto viéndole disfrutar. No sé si me explico, es un poco confuso todo. Tampoco quiero una relación ahora.

Cuando termino, Deena me mira sorprendida.

-Joder, no sabía que había semejante alma filosófica en ti -dice.

-Ay, cállate -ruedo los ojos, y Deena abre la boca para contestar pero justo en ese momento se abre la puerta principal y entran mis hermanos, que habían salido con unos amigos de su antiguo instituto.

-Holaaaaa -saluda Nate.

-Hola -dice Louis, y entonces ve a Deena y le guiña un ojo-. Hola, Deena, ¿qué tal?

-Deja de ligar, pesado -me quejo, y Deena ríe.

-Mmmmhhh, silencio, toi mumiendo -gruñe Noah.

-Joder, está absorbiendo tu mal humor, Als -dice Nate, riendo.

Ello cierran la puerta tras quitarse la chaqueta y se sientan en la mesa con Deena y conmigo.

-Bueno, tenemos noticias -anuncia Nate-. Volvemos a Los Angeles. Lo sé, lo sé, estás destrozada, no llores.

-Ya era hora -contesto-. ¿Cuando os vais?

-Seguro que nos echará de menos -le dice Louis a Nate-. Y Deena a mí me echará aún más de menos, ¿no es así, princesa?

Deena sólo se sonroja y le ignora. Louis y Deena siempre han tenido este tipo de flirteo entre ellos, pero nunca ha pasado nada, y dudo que pase.

-Nos vamos mañana -dice Nate.

-¿Mañana? -pregunto-. ¿Y me lo decís ahora?

-Lo decidimos ayer, tenemos cosas que hacer en LA -se encoge de hombros.

Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora