Liam
Cuando veo la expresión que adopta el rostro de Alice ante mi confesión, sé que lo he jodido todo, pero no me arrepiento de habérselo dicho. Las probabilidades de que me mande a la mierda son muy altas, de hecho creo que es la única posibilidad, pero estaba harto de tener que callármelo.
-¿Q-qué? -me pregunta, confundida.
-Me has oído perfectamente, no me hagas decirlo otra vez -suspiro.
-Pero... ¿cómo? -murmura, desconcertada-. Se suponía que esto no tenía que pasar.
-No se suponía nada, nunca hemos hablado de lo que es esto -contesto-. Y seguramente la he cagado al decirte esto, pero estaba hasta los huevos de tener que callarme sólo porque tú eres como eres y no admitirías que sientes algo por mí ni en un millón de años.
-Liam, estás confundido, tú no estás enamorado de mí -dice, con la voz temblorosa, tapándose con las sábanas de la cama, demostrando que se siente incómoda de repente.
-Joder Als, ¿me vas a decir tú como me siento? Sé perfectamente que lo estoy.
-¡No puedes quererme! -grita de repente, y frunzo el ceño-. ¡Soy un jodido desastre! ¿Cómo coño puedes quererme?
-Pues yo tampoco lo sé, joder -gruño-. Pero te quiero, lo hago, ¿tanto te cuesta aceptarlo?
-Sólo voy a traerte problemas, Liam -dice, volviendo a un tono de voz agitado, pero sin gritar-. No soy buena para nadie, ¿es que no lo entiendes? Esto no puede seguir, yo no quiero que siga.
Bueno, no puedo decir que no me lo esperara.
-Mira Alice, sé que la vida te ha puteado mucho, lo entiendo, pero no puedes negarte a querer a nadie solo porque un hijo de puta se aprovechó de ti, no todos somos como él -le digo-. Sé que te costó tiempo construir todas esas barreras, pero a veces hay que tirarlas para dejar entrar a gente que te quiere y que es importante para ti. No digo que tenga que ser yo, podría ser cualquiera otra persona, no estoy hablando solo por mí. Pero no puedes negarte a querer toda tu vida, eso solo va a hacer que te sientas aún peor. Y yo también he pasado mierda, así que no voy a estar aquí como un idiota esperando a que tires tus barreras, no es justo para mí.
-Liam... -suspira.
-Adiós, Alice -suspiro antes de coger toda mi ropa y salir de la habitación.
Suerte que llevo los bóxers puestos, porque justo al otro lado de la puerta está Alex con un tío de piel morena al que no conozco.
-Hey, ¿a dónde vas en pelotas? -me pregunta Alex, riendo un poco al ver mi apariencia-. ¿Es una manera de hacer publicidad de mis tatuajes? Porque se te ven todos menos los del culo.
Suelto una carcajada sin humor. Le habría dicho algo para molestarla de vuelta, pero no me siento con ánimos para hacerlo.
-Me voy a casa -le informo-. Cuida de Alice.
-O sea, que la haces gritar de tanto follarlą ¿y ahora la tengo que cuidar yo? Qué poco caballeroso por tu parte, Lili.
-No me llames así -ruedo los ojos-. Me voy, ya nos veremos.
Entro en uno de los cuartos de baño de la casa antes de que Alex pueda contestarme y me pongo la ropa que me falta, para luego salir e irme ya para casa.
— o —
-¡Liam! -grita una voz infantil, y junto con unas pequeñas manos sacudiendo mi cuerpo, logran despertarme.
-¿Qué? -es lo primero que pregunto, antes incluso de abrir los ojos.
-Liam, hasnos cofres -me pide la inconfundible voz de Noah.
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Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]
RomanceHistoria ganadora de la 1ª edición de los WOW Awards en la categoría "Romance" A sus veinte años, Alice está descontrolada. Hace tiempo que ya no tiene nada que perder, así que solo se dedica a salir de fiesta. Hasta que, un día, se entera de que su...